Sentate a programar con tus hijos. Es más fácil de lo que creés

"Mientras los chicos aprenden a programar se sumergen en complejos procesos de creación, en ese intento por materializar una idea"

A principios del 2012 Michael Bloomberg, entonces alcalde de la ciudad de Nueva York, resolvió que su objetivo ese año sería aprender a programar.

"Mi resolución de Año Nuevo es aprender a programar con Codecademy en 2012!", twiteó contento.

Muchos saben de la falta de talentos en el sector del software, y de las oportunidades laborales que el sector ofrece en todo el globo. Pero el alcalde no pensaba en su futuro laboral.



La anécdota de Bloomberg fue recordada por Mitch Resnick, durante su charla TED. Mitch es director del Lifelong Kindergarten group en el MIT Media Lab, entre tantas otras cosas. Y uno de los proyectos que lideró con su grupo de investigación fue Scratch, un lenguaje de programación pensado para chicos, que permite realizar juegos y animaciones de manera muy fácil.



"En la medida en que los chicos crean proyectos como estos, están aprendiendo a programar. Pero lo que es más importante: están programando para aprender. En la medida en que aprenden a programar, el proceso les permite aprender muchas otras cosas".

La charla TED de Mitch me pareció muy interesante, porque deja en claro que mientras los chicos aprenden a programar se sumergen en complejos procesos de creación, en ese intento por materializar una idea. Y en esa aventura ponen en juego principios del diseño, mecanismos de testeo, búsquedas de colaboración, experimentación y la necesidad de afrontar las frustraciones.

Scratch tiene como objetivo ayudar a los jóvenes a aprender a pensar de forma creativa, a razonar sistemáticamente, y a trabajar de forma colaborativa. Vale la pena sentarse y experimentarlo, en familia o en soledad, como Michael Bloomberg.

(*) Darío Drucaroff: Director de CanalAR