El más nuevo e inesperado lugar de reuniones de Microsoft

La opinión de Natalie Singer-Velush, Communications Manager | Managing Editor en Microsoft

Te veo en los árboles.

¿Wi-Fi? Claro. ¿Energía para tu tableta o PC? Por supuesto.

¿Sonido de las aves? Por todos lados.

Para llegar al más nuevo e inesperado lugar de reuniones de Microsoft, se tienen que embarcar en una relajada caminata exterior para subir una accesible rampa zigzagueante de madera. En la parte alta, un seguro puente de madera se balancea para revelar una terraza suspendida por cables y vigas también de madera. Un ligero aroma de pino invade el aire. Dos toldos angulados de cedro sobresalen de los troncos de un árbol, y sirven como protección de los elementos de la naturaleza para los empleados.

Pero en realidad, los elementos son la razón por la que la gente viene aquí, en la parte alta de un majestuoso abeto Douglas del Noroeste del Pacífico, donde una sala colaborativa ha sido construida en una casa del árbol.

Arriba, se funden los usuales sonidos corporativos de puertas que se abren, llamadas y tacones en concreto. El viento del otoño barre las ramas esmeraldas. De vez en cuando, una piña de pino cae en la terraza con un ruido sordo. Un ruido repentino rompe el gentil silencio matutino: una ardilla que trepa en busca de desayuno salta entre cicutas cercanas y cedros rojos occidentales.

Bienvenidos a un nuevo tipo de lugar de trabajo que ayuda a los empleados a beneficiarse de lo que la ciencia muestra es el impacto más poderoso de la naturaleza en cuestión de creatividad, enfoque y felicidad.



La casa del árbol es uno de los nuevos espacios de reuniones en sucursales creado por el renombrado constructor Pete Nelson del show de TV “Treehouse Masters”. Nelson arrancó el proyecto al pasar horas en su primer día en el sitio “para conectarse con los árboles”, comentó Bret Boulter, quien trabaja en Real Estate & Facilities en el campus de Microsoft en Redmond y que lideró este proyecto.

Las casas de árbol son parte de un nuevo y más grande sistema de distritos exteriores habilitados por tecnología que están conectados a edificios alrededor del campus y que buscan impulsar a los empleados a trabajar en nuevas maneras. En un reciente día soleado, una empleada se encontraba posada, con las piernas cruzadas, en una suave pila de pasto bajo una casa de árbol. Por varios minutos, se sentó con las manos en sus rodillas, los ojos cerrados, la cabeza hacia el cielo, mientras respiraba de manera profunda. Luego tomó su laptop y comenzó a teclear de manera veloz. Después de una avalancha de trabajo, dejó a un lado su computadora, descansó sus palmas sobre las rodillas, miró al cielo de nuevo, y luego volvió a cerrar los ojos.

Durante el verano, mientras se encontraban en construcción, los espacios exteriores de reuniones, que incluyeron dos casas de árbol cerradas y una especie de gallinero elevado, llamada Crow’s Nest, crearon una gran curiosidad.

“Superaron los rumores”, comentó Shanon Bernstine, gerente de negocios que ayudó a planear los espacios. “La gente no creía que estaba sucediendo: había mucha emoción”.

Doce pies sobre el suelo, la casa de árbol número uno cuenta con paredes de madera quemada y un alto techo con un tragaluz redondeado que permite la entrada de una pequeña burbuja de azul. Es más un Hobbit que un Cuartel General, con tejas color canela y una sensación de casa de pan de jengibre.

Una puerta arqueada, tallada a mano, se desliza para abrirse cuando se desliza una credencial. La fragancia casi de mostaza de cedro tallado de manera áspera es instantánea. Dentro de la pequeña habitación descansa una sencilla mesa de casa de campo con asientos color rojo óxido. Bancas en forma de caja dan contorno a las paredes de madera reciclada, oscura como humo de fogata.

No hay sistema de ventilación de aire o controles para calibrar el clima. Pero lo que sucede cuando la gente ingresa es algo mágico.

“Lo primero que notas cuando entrás a este espacio es que todo mundo está muy callado. Dejas de hablar y están todos ahí", comentó Boulter. "Es fascinante. La gente absorbe el ambiente, y cambia la percepción de su trabajo y la manera en la que lo realizan".

Para los amantes de la naturaleza

Los científicos han encontrado una gran conexión entre la exposición a espacios exteriores y el bienestar de la gente. La naturaleza “estimula las neuronas. Desactiva la respuesta al estrés, lo que significa que tienes niveles más bajos de cortisol, disminuyes el ritmo cardiaco y la presión arterial, y mejoras la respuesta del sistema inmunológico”, escribió la doctora Eva M. Selhub de Harvard, coautora de Your Brain on Nature.

Se ha descubierto que la exposición a la naturaleza incrementa los sentimientos positivos, la creatividad, y la capacidad de concentración, además de recuperar a la mente de la fatiga mental producida por el trabajo. Los bosques tienen un impacto particular en l gente. “Los árboles y las plantas secretan químicos aromáticos que impactan nuestra cognición, nuestro estado mental, e incluso nuestra inmunidad”, escribió Selhub.

La casa del árbol es parte de un rediseño mayor que hace más fácil que nunca trabajar en la naturaleza. Cuando se decidió a renovar los espacios fuera de los Edificios 30 al 32 –los primeros en una serie de proyectos similares planeados para el campus– el equipo de diseño encuestó a los empleados para ver qué les interesaba más.

“La gente comentó que, si tuvieran la oportunidad, podrían trabajar más en exteriores”, comentó Boulter.

(*) Natalie Singer-Velush: Communications Manager | Managing Editor en Microsoft