La nube en el Estado

La opinión de Alejandro Prince, Director de Prince Consulting. @alxprince

El cloud computing o computación en la nube es un modelo tecnológico que ofrece acceso a numerosos servicios de computación a través de una red. De modo fundamental, la nube permite almacenar información y datos en línea y acceder a ellos desde cualquier lugar y en cualquier momento, a través de cualquier dispositivo con conexión a internet. La irrupción de la nube puede ser considerada parte de un proceso de innovación tecnológica más amplio que diversos autores ya consideran como una “cuarta revolución industrial”. La adopción de esta nueva tecnología por parte de las distintas administraciones gubernamentales locales, regionales y nacionales así como la elaboración de una legislación que regule su difusión y su uso son dos de los grandes desafíos que los Estados deben enfrentar en la actualidad.

En estas páginas se presenta un resumen del estudio exploratorio realizado por Prince Consulting a fines de 2017 sobre las percepciones sobre la nube entre responsables de TIC de diversos niveles de la Administración Pública de Argentina.

La nube, sus desafíos y ventajas:

La revolución tecnológica está cambiando prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas de una manera increíble y a una velocidad impresionante. A diferencia de lo que sucedía hasta hace apenas unas décadas, hoy en día nos parece “normal” conectarnos de modo permanente con las personas que queremos, así como acceder a la información que estamos buscando desde cualquier lado y de forma instantánea.

Con la computación en la nube se inaugura una nueva era digital. El cloud computing habilita nuevas formas de negocio por Internet, contribuye a la eficiencia productiva e impulsa el progreso económico. Sin embargo, esta “cuarta revolución industrial” supone también desafíos complejos y contradicciones difíciles de resolver. Si el potencial benéfico de la computación en la nube es innegable, también resultan evidentes ciertos riesgos y comprensibles las incertidumbres esta nueva tecnología genera. Las personas cuestionan la seguridad de su comunidad, la privacidad de sus datos, la sostenibilidad del trabajo propio y de sus hijos, y si el impacto será positivo para todos o habrá ganadores y perdedores. La velocidad del cambio, y su impacto (diez veces más rápido y con un impacto 3000 veces mayor que la primera revolución industrial según algunos expertos) es una gran preocupación, ya que la capacidad de adaptarse se vería reducida.

Lo cierto es que es muy probable que en pocos años el término cloud prácticamente desaparezca y deje de ser sinónimo de innovación y diferenciación porque, del mismo modo que ya no decimos web-mail sino simplemente mail, toda nueva tecnología será en la nube. De todos modos la tarea es de enormes proporciones, ya que plantea cuestiones cardinales tales como garantizar la seguridad pública y el derecho a la intimidad; cómo reconocer la soberanía nacional sin restringir el flujo eficiente de información a través de fronteras internacionales; y cómo proporcionar a los empresarios e innovadores la libertad de crear garantizando al mismo tiempo que los beneficios del cambio tecnológico se compartan de manera amplia y equitativa.

Entre las principales ventajas de la computación en la nube pueden contarse:

  • Bajo costo inicial y de mantenimiento: No es necesario tener una gran cantidad de infraestructura para el almacenamiento de los datos, ya que el proveedor de servicio se encargará de almacenar la infraestructura.
  • Seguridad: Dependiendo de la empresa u organización, las mismas cuentan con terceras partes que se encargan de la auditoría de sistemas de seguridad, tanto físicos como de segregación de funciones y servicios.
  • Cumplimiento de regulaciones: las terceras partes se encargan de hacer que el proveedor del servicio cumpla con las regulaciones necesitadas por el cliente.
  • Información a tiempo real: para las pequeñas empresas que no poseen la infraestructura necesaria, los proveedores pueden dar servicios de minería de datos y en tiempo real.
  • Inversión en actualización e innovación: el proveedor de estos servicios siempre se encuentra en el auge de los servicios para no ser sobrepasado por competidores en calidad de servicio.
  • Alto grado de especialización: debido a la escala de datos y de clientes.

Legislación argentina sobre computación en la nube:

En el ámbito local, la Dirección Nacional de Protección de Datos Personales ha fijado claramente las pautas de utilización de computación en la nube por parte de cualquier organización, pública o privada en el caso de contratar a una empresa del exterior. El contratante debe asegurarse de cumplir con la Ley Argentina de Protección de Datos (25.326) y de la disposición 60 del 18 de noviembre de 2016 de la misma DPDP que exige firmar con el proveedor un Acuerdo de transferencia Internacional de Datos (comúnmente llamado DTA). Este Acuerdo garantiza entre otros puntos la aplicación de la ley y jurisdicción argentina para la transferencia de datos, el reconocimiento por ambas partes de la supervisión de la dirección Nacional de Datos Personales y que, ambos son eventuales responsables por los incumplimientos contractuales frente a los titulares de los datos.

La nueva norma, que implica la necesaria aprobación previa por parte de la DNPDP, ofrece dos modelos de contratos tipo para la transferencia de datos, uno para el caso de una empresa que aloja datos en su propia casa matriz o establecimiento propio en el extranjero, y el otro para el caso de contratación de terceros (en el extranjero) que provean el servicio de alojamiento de datos. Asimismo la norma prohíbe las transferencias de datos a países “no adecuados”, es decir aquellos no presentes en el listado de países adecuados elaborado por la Unión Europea.

Más recientemente, el Banco Central de La República Argentina mediante la Comunicación A – 6354 del 3 de noviembre de 2017 habilitó a los Bancos del sistema local a utilizar servicios en la nube “con recursos técnicos y /o humanos propios o de los terceros”. Así esta resolución le permite a las instituciones financieras una flexibilización que les permitirá ahorrar costos y competir más eficientemente con las fintech. Hasta ahora sólo podían almacenar y utilizar para el procesamiento servidores propios o de sus casas matrices. La Comunicación incluye como servicios a la contratación de infraestructura de tecnología y sistemas, de procesamiento de datos, soporte, prevención y mantenimiento, comunicaciones, almacenamiento y custodia, desarrollo de aplicaciones, así como servicios de contingencia y recuperación. Y obvio, ratifica la necesidad para el sector financiero de cumplir con la Ley 25.326.

Las regulaciones establecidas por los Gobiernos pueden derivar en un extremo en reglas demasiado estrictas, de alto costo e incluso ineficaces. Pero por otra parte una auto regulación efectuada por el mercado a veces es compleja y lenta, tiene altos costos de transacción y no ofrece garantías a todos los actores.

Percepciones sobre la nube en la Administración Pública y el Gobierno de Argentina:

Entre noviembre y diciembre de 2017 Prince Consulting realizó de forma personal y/o en línea una encuesta exploratoria cuali-cuantitativa sobre los beneficios, desventajas, barreras y prerrequisitos para la adopción de servicios en la nube por parte de organismos públicos de diversos niveles, tamaños y actividades.

El Estudio coincidió con la realización de un Taller realizado en diciembre 2017 sobre el mismo tema en la Cámara de Diputados de la Nación, que contó con la asistencia de numerosos expertos privados y públicos así como de diversos legisladores nacionales y representantes de empresas del sector TIC.

La muestra del Estudio, de tipo selectiva, estuvo formada por funcionarios responsables de sistemas y modernización de nivel nacional, provincial y municipal, así como de un calificado grupo de expertos, consultores y académicos del Sector TIC. En total respondieron la encuesta 58 personas a las que se les garantizó la confidencialidad del caso.

Consultados en forma espontánea sobre los principales beneficios de la nube como modalidad de contratación, las respuestas se concentraron en unos pocos atributos que son los normalmente adjudicados a este concepto. En la enunciación espontánea de beneficios se destacó principalmente la ubicuidad, la omnipresencia o accesibilidad desde cualquier lugar y en cualquier momento. La disponibilidad y escalabilidad fueron otras de las características más valoradas por los entrevistados, así como los menores costos de implementación, de propiedad, de escalabilidad y de seguridad. Asimismo se mencionaron otros aspectos positivos del uso de la nube, tales como la variabilización de costos, la mayor seguridad de la información y la eficiencia, simpleza, modularidad y flexibilidad.

Preguntados de forma cerrada sobre los beneficios, con la opción de respuestas múltiples, los resultados fueron:
  • 86,2 % Disponibilidad
  • 55,2 % Escalabilidad y modularidad
  • 48,3 % Ubicuidad
  • 48,3 % Ahorro de costos
  • 44,8 % Mejor recuperación ante ataques
  • 41,4 % Mayor actualización tecnológica

En relación a la identificación de desventajas o amenazas posibles en el uso de la nube, y de forma cerrada con opciones múltiples, la muestra expresó:
  • 65,5 % Dependencia del proveedor (vendor lock-in)
  • 37,7 % Fallas en la privacidad y protección de los datos
  • 31,1 % Fallas de seguridad en general
  • 31,1 % Complejidad de la contratación y/o cancelación del servicio
  • 27,6 % Mercado inmaduro
  • 17,2 % Mayor posibilidad de ataques (debido a la alta concentración de datos)


En relación a los atributos ideales, o los que harían más atractivo a un proveedor en particular de servicios en la nube para gobierno, y con opciones cerradas de respuesta el resultado fue muy consistente con lo manifestado previamente como requisitos o problemas posibles:
  • 67,9 % Compromiso y cumplimiento de la legislación local de protección de datos
  • 64,3 % Posible alojamiento complementario de datos en el país
  • 57,1 % Gestión/ gerenciamiento local

Preguntados sobre el formato de contratación que mejor garantizaría el resguardo de datos e información las respuestas se repartieron fuertemente entre un 50,0 % que optó por Software as a Service (SaaS) y un 43,8 % que se manifestó por Platform as a service (PaaS). Sólo un 6,2 % indicó la modalidad de Infrastructure as a service (IaaS). Varios de los entrevistados coincidieron en que ninguna forma de contratación garantiza mejor que otra el resguardo de la información, ya que esto depende más del SLA. En cuanto a utilizar una nube privada o pública un 74,1 % se manifestó por el uso de una nube pública o híbrida, en tanto sólo el 25,9 %, un cuarto de las respuestas, lo hizo por la nube privada.

Respecto de si tienen contratados actualmente servicios en la nube y considerando sólo aquellos que son responsables de áreas de modernización y sistemas en AP y Gobierno (un 76 % de la muestra total). El resultado indicó que un 71,4 % ya utiliza a la fecha servicios de computación en la nube aunque parcialmente, y seguirá contratando. El resto aún no tiene una decisión tomada al respecto, o no piensa a corto plazo migrar a la nube.

Finalmente se interrogó a los encuestados sobre cuáles eran las empresas que identificaban como proveedoras reconocidas de servicios en la nube en sus diversas modalidades. Se les ofrecieron respuestas cerradas de opción múltiple y los tres primeros en menciones fueron: Amazon Web Services para con el 74,1 %, Microsoft con un 63,0 % y con el 55,6 % Google.

Se inquirió asimismo sobre la percepción del plazo que estiman para el uso masivo y frecuente de la nube por parte del Gobierno y AP en Argentina. Las respuestas variaron entre 3 a 5 años, el grupo mayoritario con un 48,3 % de las respuestas, un pequeño sector de optimistas del 20,7 % que indicó como plazo 1 a 2 años, y un grupo mediano de rezagados o escépticos del 31,0 % que dijo que harán falta 5 años o muchos más para que la nube tenga un grado de utilización o adopción generalizada en el Estado.

Como se señaló al principio de estas páginas la pregunta pertinente es cómo aprovechar el poder de la nube para transformar positivamente la vida de las personas y de las organizaciones preservando la privacidad y seguridad de los datos. La tarea enfrenta enormes desafíos y obliga a plantear cuestiones fundamentales acerca de cómo encontrar el equilibrio adecuado entre intereses en conflicto. La nube ha venido para quedarse y de forma creciente más y más organizaciones públicas y privadas migrarán sus datos y procesos a este concepto. Junto a Internet de las Cosas, la Inteligencia Artificial, Big Data, Blockchain y otras tecnologías, el cloud computing es parte esencial del “momento 4.0” de esta revolución del conocimiento, y promete ser tan o más disruptiva de la propia internet.

(*) Alejandro Prince: Director de Prince Consulting. @alxprince