El "Libro Rojo", un hito de singular trascendencia para la Educación en Ingeniería

La opinión de Uriel Cukierman, profesor y Director del Centro de Investigación e Innovación Educativa (CIIE) en la UTN

Hace pocos días, más precisamente el pasado viernes 1 de junio, y durante el 63° Plenario del Consejo Federal de Decanos de Ingeniería (CONFEDI) realizado en la Ciudad de Rosario, se aprobó el llamado “Libro Rojo” conteniendo la “Propuesta de Estándares de Segunda Generación para la Acreditación de Carreras de Ingeniería en la República Argentina”. Dicho estándar es la culminación de un largo proceso que se inició allá por el año 2006 cuando el CONFEDI dio a conocer las “Competencias Genéricas de Egreso del Ingeniero Argentino”, las que luego fueron adoptadas por toda la comunidad de educadores de ingeniería de Iberoamérica en el marco de la “Declaración de Valparaíso”.

Este nuevo estándar, que debe ser tratado por el Consejo de Universidades y posteriormente avalado por la correspondiente Resolución del Ministerio de Educación, constituye un hito de singular trascendencia para la Educación en Ingeniería en Argentina ya que incorpora el enfoque de las Competencias Profesionales como organizador de la tarea educativa.

Para ampliar el concepto, vale comentar que Competencia "es la capacidad de articular eficazmente un conjunto de esquemas y valores, permitiendo movilizar distintos saberes, en un determinado contexto con el fin de resolver situaciones profesionales". Las competencias aluden a capacidades complejas e integradas, que están relacionadas no sólo con el conocimiento, sino también con el conocimiento puesto en práctica, o sea, con el saber hacer. Además, están referidas al contexto y al desempeño profesional que se pretende y, asimismo, permiten incorporar la ética y los valores.

Las razones que llevaron al CONFEDI a encarar este camino pueden resumirse de la siguiente manera:

  • En la actualidad es una tendencia internacional en el diseño de los planes de estudio de ingeniería el uso de las competencias como horizonte formativo
  • Se considera que integrar de manera intencional las competencias podría dar un marco que facilite una selección y un tratamiento más ajustados y eficaces de los contenidos impartidos
  • Hay consenso en cuanto que el ingeniero no sólo debe saber, sino también saber hacer
  • La formación de grado se propone desarrollar aquellas competencias que debería poseer el recién graduado y en el nivel de desarrollo adecuado al inicio de su trayecto profesional.


La implementación concreta y práctica de este enfoque implica, fundamentalmente, un cambio metodológico en el aula. No se trata de un mero cambio formal, sino de una propuesta que ponga al estudiante como el centro del proceso educativo.

La tradición educativa de siglos ha puesto al docente como eje y protagonista de lo que ocurre en el aula. De allí que en muchos cursos la clase expositiva sea el elemento primordial de la actividad educativa, si es que a eso se puede llamar “actividad”, ya que propone a los estudiantes una actitud meramente pasiva de escucha y, eventualmente, de toma de notas de lo que el profesor explica en el frente. Por eso, el desafío que plantea este cambio de enfoque consiste en implementar un Aprendizaje Activo y Centrado en el Estudiante.

A tal efecto, el CONFEDI ha organizado, en conjunto y con el apoyo de la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU), un Programa de “Capacitación de Docentes para el Desarrollo de un Aprendizaje Centrado en el Estudiante en las Carreras de Ingeniería” con el objetivo de desarrollar actividades de sensibilización, capacitación y asistencia para docentes y gestores académicos de las carreras de ingeniería, para que el diseño y el desarrollo curricular de los programas de ingeniería tengan en cuenta un enfoque centrado en el estudiante y contribuyan al mejor desempeño académico y al desarrollo de las competencias profesionales requeridas de sus graduados.

Entre los objetivos específicos de este Programa figuran los siguientes:

  • Sensibilizar a la comunidad académica acerca de la necesidad de un aprendizaje activo, centrado en el estudiante y basado en competencias, para mejorar la formación de los futuros profesionales.
  • Proporcionar instancias de formación docente en las cuales el foco esté puesto en la necesidad expresada en el punto anterior.
  • Reforzar las acciones de mejora de la enseñanza de grado en carreras de ingeniería
  • Mejorar los indicadores de desempeño de las carreras de ingeniería
  • Promover la formación de referentes que puedan actuar de multiplicadores en las UUAA.


Este Programa alcanzará a 300 docentes de 100 facultades de ingeniería de todo el país, los que a su vez actuarán como formadores de sus colegas al interior de las distintas UUAA.

En síntesis, se trata de que el estándar recientemente desarrollado sea, no sólo un organizador del funcionamiento de las facultades de ingeniería sino, y más importante aún, un pretexto para el cambio que requiere la Educación en Ingeniería que permita lograr el objetivo primordial de tener más y mejores ingenieros para el desarrollo del país.

(*) Uriel Cukierman: Profesor y Director del Centro de Investigación e Innovación Educativa (CIIE) en la UTN. Miembro de la Comisión Ad Hoc del CONFEDI a cargo de la elaboración del nuevo Estándar para la Acreditación de las Carreras de Ingeniería.