Desafíos para un verdadero Gobierno Digital

Por Sebastián Premici
El Gobierno Digital no es simplemente el uso de la firma digital o el voto electrónico. Debería ser una nueva forma de concebir la política y la participación ciudadana; una nueva forma de colectivizar la información para que los distintos sectores de la sociedad tengan una inclusión equitativa en los procesos socio - económicos del país. ¿Una utopía? En realidad, un desafío, sino el Gobierno Digital será simplemente una vieja práctica política revestida de moderna retórica. Un desafío: para comenzar a hablar sobre este tipo de gobierno, el Estado deberá ordenar los datos que posee sobre su población para comenzar a manejar información. Esto es lo que opina Eduardo Thill, director general de gestión informática del Ministerio del Interior. Por su parte, Carlos Achiary, director nacional de la Oficina Nacional de Tecnologías de la Información (ONTI) cree que esto se soluciona a través de la interoperatividad entre dependencias. ¿Hacia dónde avanzarán las nuevas formas de gobierno del siglo XXI?

Las formas de gobierno fueron evolucionando, mejor dicho, transformándose con el tiempo. Desde el gobierno de los sabios, el consejo de ancianos, las monarquías, plutocracias, aristocracias, tiranías, soviets, comunas, asambleas…hasta algo llamado democracia. A cada forma de gobierno le correspondió y corresponde una manera de explotación económica, desde el esclavismo y el señorío hasta el comunismo y el capitalismo. A su vez, cada época contó con un paradigma particular: el de Progreso, vigente hasta fines del siglo XX, herencia directa de la Revolución Industrial y Francesa (siglo XVIII); y el de la Comunicación, recientemente estrenado en el siglo XXI. Con las Tecnologías de la Información en boca de los principales actores políticos del mundo, una nueva forma de gobierno es esbozada, al menos en palabras: el Gobierno Digital.



El ideal de las sociedades que entienden la democracia como el gobierno del pueblo es lograr una transición de una democracia representativa a otra directa, donde todos participen en los procesos políticos del Estado. Esto es algo impensado teniendo en cuenta la superpoblación planetaria y que las relaciones de poder hacia el interior de las sociedades establecen una línea divisoria rígida y hegemónica entre los incluidos y los excluidos. La palabra todos en el tipo de Estados Capitalistas de hoy en día es un concepto a llenar. El todo no incluye a los excluidos de siempre. Por eso, la democracia tal cual la conocemos no es nada en sí misma; es un medio, un instrumento para. Una democracia digital, por lo tanto, deberá valerse de otros instrumentos para efectivizarse. Hasta ahora, todo lo que tiene que ver con lo digital de un Gobierno concretizó algunos elementos como la firma digital / electrónica; el voto electrónico, su correspondiente urna electrónica y las comunidades virtuales. Lo demás corresponde a las formas de gobierno tradicionales, es decir, a las mismas relaciones de poder hegemónicas que sustentan las desigualdades que tanto duelen.

¿Cuáles son los instrumentos con los que hoy cuenta Argentina?

  • La firma digital es una herramienta tecnológica que permite garantizar la autoría e integridad de los documentos digitales, permitiendo que estos gocen de una característica que únicamente era propia de los documentos en papel. Una firma digital es un conjunto de datos asociados a un mensaje digital que permite garantizar la identidad del firmante y la integridad del mensaje. Existen procedimientos técnicos que permiten la creación y verificación de firmas digitales, y existen documentos normativos que respaldan el valor legal que dichas firmas poseen.
  • En la elaboración de una firma digital y en su correspondiente verificación se utilizan complejos procedimientos matemáticos basados en criptografía asimétrica (también llamada criptografía de clave pública). En un sistema asimétrico, cada usuario posee un par de claves propias. Estas dos claves (privada y pública) poseen la característica que si bien están fuertemente relacionadas entre sí, no es posible calcular la clave privada a partir de los datos de la clave pública, ni tampoco a partir de los documentos cifrados con la clave privada.
  • Los certificados digitales son pequeños documentos que dan fe de la vinculación entre una clave pública y un individuo o entidad. De este modo, permiten verificar que una clave pública específica pertenece, efectivamente, a un individuo determinado. Los certificados ayudan a prevenir que alguien utilice una clave para hacerse pasar por otra persona. En algunos casos, puede ser necesario crear una cadena de certificados, cada uno certificando el previo, para que las partes involucradas confíen en la identidad en cuestión


  • Marco Normativo sobre Firma Digital
    El marco normativo de la República Argentina en materia de Firma Digital está constituido por la Ley Nº 25.506 (B.O. 14/12/2001), el Decreto Nº 2628/02 (B.O. 20/12/2002) y un conjunto de normas complementarias que fijan o modifican competencias y establecen procedimientos (el listado completo de la normativa vigente sobre puede verse aquí).
    Diferencias en la letra legal
    Para la legislación argentina los términos Firma Digital y Firma Electrónica no poseen el mismo significado. La diferencia radica en el valor probatorio atribuido a cada uno de ellos, dado que en el caso de la "Firma Digital" existe una presunción iuris tantum en su favor; esto significa que si un documento firmado digitalmente es verificado correctamente, se presume -salvo prueba en contrario- que proviene del suscriptor del certificado asociado y que no fue modificado. Por el contrario, en el caso de la firma electrónica, en caso de ser desconocida la firma por su titular corresponde a quien la invoca acreditar su validez. Por otra parte, para reconocer que un documento ha sido firmado digitalmente se requiere que el certificado digital del firmante haya sido emitido por un certificador licenciado (o sea que cuente con la aprobación del Ente Licenciante).

    Autoridades

    La autoridad de aplicación de la Firma Digital es la Jefatura de Gabinete de Ministros, quien está facultada a establecer las normas y procedimientos técnicos necesarios para la efectiva implementación de la ley. Por medio del Decreto Nº 1028/03, la Oficina Nacional de Tecnologías de Información (ONTI), a cargo de Carlos Achiary, también está facultada para definir las normas y procedimientos reglamentarios del régimen de Firma Digital. Por su parte, la Comisión Asesora para la Infraestructura de Firma Digital funciona en el ámbito de la Subsecretaría de la Gestión Pública, emitiendo recomendaciones sobre los aspectos técnicos referidos al funcionamiento de la Infraestructura.

    Otra de las aristas fundamentales en todo este asunto es el Ente Licenciante, órgano técnico-administrativo encargado de otorgar las licencias a los certificadores y de supervisar su actividad. Luego están los certificadores licenciados, es decir, personas de existencia ideal, registro público de contratos u organismo público que obtengan una licencia emitida por el ente administrador para actuar como proveedores de servicios de certificación en los términos de la Ley Nº 25.506

    Experiencias internacionales:
    India: En el proceso de 2004 se registraron 650 millones de votos a través de e-urnas, usando 1.000.000 de computadoras
  • Brasil: La adopción de TICs para procesos electorales comenzó en 1996 y en las elecciones de 2002 votaron 115 millones de personas
  • Venezuela: En el referéndum realizado en agosto de 2004, se utilizaron máquinas con pantalla sensibles al tacto que imprimían los votos físicos en papel térmico, con el objetivo de facilitar las posteriores auditorías. Se usaron 20.000 máquinas
  • Estados Unidos: Si bien es uno de los países con mayor experiencia en la regulación de las votaciones electrónicas, en 2000 sólo votaron el 1.6 % de los electores
  • Inglaterra: En mayo de 2003 el gobierno británico realizó una nueva apuesta por el voto a través de Internet. Un año antes había realizado pruebas piloto en 17 municipios. Para la votación, el gobierno autorizó el uso de la televisión interactiva, Internet y mensajes de texto (SMS)
  • ¿Sirve el voto electrónico?

    El voto electrónico supone reemplazar las urnas de madera por PCs haciendo las veces de urnas. Esto es lo más llano del análisis que puede realizarse. En realidad, pensar en votos electrónicos es pensar en la posibilidad de contar con una base de datos nacional unificada donde estén registrados todos los seres humanos vivos y muertos que habitan el país. Supone, como primer paso para hablar de Gobierno Digital, ordenar la información que el Gobierno posee sobre su población.

    Esto coincide con la opinión de Eduardo Thill, director general de gestión informática del Ministerio del Interior: "En el Estado todo el mundo maneja datos pero información, nadie. El manejo indiscriminado de datos genera información no certera. Esto pasa por la no determinación –hasta el momento- de estándares, homologación y políticas de uso de la información. Sin contar con estos tres elementos, no podrá hablarse de gobierno electrónico ni transversabilidad entre las distintas organizaciones. No podemos hablar de un Gobierno que genere información sin un marco que la soporte", sentenció Thill en una nota publicada por este medio (ver nota).

    Sin embargo, para el director nacional de la ONTI, Carlos Achiary, esta apreciación no es tan certera, ya que el problema de la información se solucionada cotidianamente con la interoperatividad entre las distintas dependencias. Pensar en el voto digital, entonces, es el primer paso para comenzar a desarrollar planes de acción más avanzados en cuanto a la organización administrativa del Estado (analógico) tradicional. Son desafíos los que hay por delante. Hoy, hablar de gobierno digital representa un estímulo que debe ejercitar respuestas por parte de todos los que se consideran ciudadanos, entiéndase por esta categoría, habitantes de las ciudades antiguas o de Estados modernos como sujeto de derechos políticos y que intervienen, ejercitándolos, en el gobierno del país. Conclusión: para pensar en un Gobierno Digital, hay que pensar en nuevas formas de hacer política, nuevas formas de intervención pública, en nuevos contenidos para las intervenciones, hay que pensar en nuevos discursos y siempre tener en cuenta la historia para producir una transformación y no una simple línea de continuidad con viejas prácticas revestidas de moderna retórica.

    Hacia el futuro. Extracto de la despedida de un funcionario público argentino de finales del siglo XXI:
    Estoy realmente satisfecho. Como funcionario público he recibido, a lo largo de los años el mejor reconocimiento que alguien que ocupa un puesto de esta naturaleza puede recibir. Por eso quiero agradecer, además de a la gente que me ha elegido, a la tecnología. Todo lo que hemos logrado no hubiera sido posible sin ella.

    Recuerdo el inicio de mi carrera; mis ganas de llorar cuándo leí en la pantalla el resultado de la elección que me consagró como Concejal. Mi primera experiencia con la política estuvo mediada por la tecnología. Y así siguió mi gestión, atravesada por la maravillosa técnica del Hombre, que permite que hoy me esté despidiendo de ustedes a través del medio que me dio la posibilidad de empezar.

    En este, mi último día laboral, no puedo dejar de lado circunstancias que me emocionaron: las imágenes de la inundación en Paraná a través de las Webcams de la Municipalidad de la ciudad; las video conferencias con el resto del Gabinete pese a las distancias geográficas que nos separan; los e-mails de los ciudadanos agradeciendo las respuestas del Gobierno; infinidades de leyes promulgadas a través del Congreso digital...

    Es decir que la tecnología nos ha permitido -como Gobierno- tener un contacto permanente con la realidad. Tenemos una cabal medida de las necesidades de nuestro pueblo, y por eso podemos trabajar para satisfacerlas. Nos ha acercado y ha facilitado la labor de conocer a nuestra gente, ver cómo viven, qué necesitan. Ha contribuido en su alfabetización y ha nivelado el acceso a la información.