Dos jóvenes argentinos desarrollaron un ERP para PYMES industriales

Por Pablo Comuzzi - pablo.comuzzi@hotmail.com
Pablo Altamira y Andrés Kirschbaum son los responsables de Parsimotion, que tiene una solución de gestión para las empresas del sector. Los dos ingenieros industriales de la UBA se valieron de todos los recursos y experiencias para llevarlo a cabo. “Nosotros salimos a detectar sus necesidades y es algo que podemos hacer rápidamente”, señalaron

Un poco trotamundos y otro tanto “buscas”, Pablo Altamira y Andrés Kirschbaum son los responsables de Parsimotion, una empresa que provee de un ERP para la gestión de producción de PyMEs industriales. Ninguno de los dos ingenieros industriales recibidos en la Universidad de Buenos Aires (UBA) supera las tres décadas (Pablo tiene 29 y Andrés 28), y confían en tener en sus manos la solución adecuada para las compañías que no encuentran respuesta en las grandes productoras de software ni en los programadores independientes.

De izquierda a derecha: Pablo Altamira y Andrés Kirschbaum

Si bien la universidad los puso en contacto, hicieron la carrera juntos y fueron ayudantes en la cátedra de Ingeniería Económica I, lejos del mundo académico dieron forma a sus sueños de tener un emprendimiento propio. Kirschbaum estuvo un tiempo en una empresa multinacional de alimentos con un ERP líder del mercado. Lo curioso es que hacía el trabajo de planificación por fuera de ese sistema, con un Excel. “Entonces, se dijo: Si esta empresa, que puede pagar un ERP, lo tiene mal implementado, qué le queda a los más chicos”, relató Altamira a Canal AR.

La idea de crear algo más simple, que cualquier organización pueda usar, quedó “boyando”, esperando su momento. Se fue a una empresa de Nueva Zelanda, donde analizó información de un sistema de gestión pensado para el sector industrial. Ahí entendió cómo poner en práctica los conocimientos teóricos que le dio la UBA en un sistema muy bien diseñado. “Pero estaba hecho con mil millones de tablas”, por lo que reflotó el desafío de hacer algo sencillo.

Por su lado, Altamira hizo sus primeras armas en el mundo empresarial. En un viaje por España se le ocurrió vender zapatos de tango, aprovechando que su novia elaboraba esos productos. “Lo que pasaba era que allá ya no preguntan por Maradona, sino si bailás tango”, explica. Hizo cálculos de costos, una página Web, tarjetas, recorrió calles y negocios. Pero por diferentes motivos, no obtuvo las mejores respuestas tanto de grandes como pequeñas compañías. “Fracasó rápido, pero fue interesante pensar en algo de punta a punta”, rescata.

De vuelta en Argentina, los ex ayudantes de la UBA se juntaron y empezaron a desarrollar ese “ERP más sencillo”. Hicieron dos pruebas en firmas familiares de conocidos: una zapatería que no tenía ningún soporte informático y un aserradero que disponía con un sistema a medida para los stocks, dejando afuera el movimiento de mercadería y trabajo con lote, “lo que verdaderamente necesitaban”.

Se instalaron en Baitec, la incubadora de proyectos tecnológicos del Gobierno porteño, donde un tutor los visita mensualmente para ver sus avances y planear futuros pasos a seguir, además de presentarse en competencias de emprendedores. “Aprovechamos todo el feedback que pudimos obtener”, señaló Altamira. Finalmente, a mediados del año pasado lanzaron la aplicación, desarrollada en modalidad de Software como Servicio (SaaS), con tecnologías de cloud computing.

- ¿Qué herramientas les dio la Universidad para encarar un proyecto propio?

- Como ingenieros, la formación en negocios es muy poca. Salimos, fuimos a multinacionales y ahí la rompes. Pero cuando queres hacer algo propio, los contenidos son bastante pobres. Estás muy verde. Justamente, estoy participando en la carrera de Ingeniería Industrial en el armando de la materia de Emprendimientos. Estoy presionando para que salga porque es fundamental.

No obstante, rescató que las ventajas de su paso por la UBA se sienten al momento de hablar con los clientes, que en general tratan con personas de Sistemas, que no logran entender al 100% los requerimientos y la problemática de las PyMEs industriales. “Nosotros salimos a detectar sus necesidades y es algo que podemos hacer rápidamente”, señaló Altamira.

“Nosotros queríamos hacer algo centrado en el nicho de gestión de la producción, parametrizable, pero con precios accesibles".


El joven emprendedor destacó que su sistema está enfocado en la parte de compras, inventarios, costos, logística y gestión de la producción. “No tiene parte de contabilidad ni recursos humanos”.

Y remarcó que Parsimotion cubre un espacio vacante, ya que cuando una empresa sale al mercado encuentra tres tipos de ofertas: los grandes jugadores como Oracle y SAP que necesitan mucha mano de obra y costos superiores a los 150 mil dólares; enlatados que “sirven para todo” y no cubren las necesidades reales de las PyMEs; y por último, los programadores particulares que tienen soluciones pequeñas.

“Nosotros queríamos hacer algo centrado en el nicho de gestión de la producción, parametrizable, pero con precios accesibles. Y para eso desarrollamos una interfaz que puede venir un administrador de empresas o ingeniero industrial, y sin entender mucho de computación, hacer una implementación fácil y rápida”, concluyó.

Cosecha negocios

Además del sector industrial, Parsimotion también incursionó en el mundo agrícola. Por medio de un amigo, Altamira supo que una chacra de lúculo y frutas finas ubicada al pie del cerro Piltriquitrón, cerca de El Bolsón, necesitaba un ERP. Al enterarse, no perdió tiempo y se tomó un micro. “Vi que su problema, en principio, coincidía con nuestro target: gente que quiere mejorar y tiene un Excel que se le está yendo de las manos”. Ya tienen dos clientes y, en cuanto empiece la temporada –de diciembre a marzo-, esperan que ese número crezca.


Más información: www.parsimotion.com.