Cuatro razones para no subirse a la nube (todas equivocadas)

Los principales prejuicios que sufren las empresas a la hora de pensar en una estrategia de cloud computing y cómo los contrasta la realidad

Por Martín Saludas, Director de Ventas de SAP Argentina.

La nube se posiciona cada día más como el estándar para la implementación y la administración de soluciones tecnológicas. Sin embargo, persisten algunos prejuicios que operan como barreras de hecho y que impiden a muchas empresas adoptar este beneficioso modelo. Los principales, en ese sentido, son...

Martín Saludas, Director de Ventas de SAP Argentina

1. “Tengo mucha inversión hecha en software de instalación física”
Es importante comprender que la nube no es excluyente. Es posible adoptar determinadas soluciones para ser consumidas bajo este esquema y que, al mismo tiempo, sean capaces de interactuar con las herramientas ya existentes. Si las compañías encuentran el proveedor adecuado, podrán combinar aplicaciones y servicios disponibles en la nube pública, servicios administrados en nubes privadas y tecnologías implementadas en instalaciones físicas. En este sentido, proveedores como SAP han realizado una importante tarea para poner a disponibilidad de las empresas todos los conectores necesarios para que ambos mundos puedan coexistir sin mayores inconvenientes.

2. “No se trata de un modelo seguro”
Los principales proveedores de servicios en la nube están sometidos a normativas internacionales de seguridad, como SAS-70 Tipo II, ISO 27001, SSAE y PCI, entre otras. No son muchas las empresas privadas, en otras industrias, que deban invertir tanto en estándares de seguridad. Además, por la propia naturaleza de su negocio, que es en definitiva administrar información sensible ajena, suelen proporcionar el marco más seguro posible, incluso mucho más estricto que el que una empresa podría elegir para cuidar el software instalado en servidores dentro de sus instalaciones. Por otra parte, estos proveedores acostumbran aplicar medidas para la prevención de ataques por Internet e intentos de robo de datos de los clientes, incluyendo salvaguardas contra toda amenaza a su integridad física.

3. “No puedo dejar mi información en manos de un tercero”
Este punto está ligado íntimamente con el anterior. No es más que una barrera cultural que tiende a romperse a medida que la nube se hace popular en aplicaciones de consumidor. Hoy, no son muchos los que tienen temor de dejar que sus mensajes de correo electrónico o sus participaciones en redes sociales queden almacenados en algunos de los servicios online. Los grandes proveedores de la nube suelen tener un registro intachable de antecedentes a la hora de almacenar y gestionar datos sensibles.

4. “No tengo personal capacitado para que se ocupe de este tema”
Los aspectos más destacados del modelo de computación en la nube incluyen cuestiones como que la gestión, el mantenimiento y la actualización de las aplicaciones quedan en manos del proveedor. Por otra parte, la interfaz de las aplicaciones para los usuarios finales tiene el estilo y la amigabilidad de las apps que se utilizan en teléfonos celulares.

Con toda esta información, no quedan más que dos caminos: o adoptar el modelo de computación en la nube... ¡O pensar una nueva batería de excusas para demorar la decisión!


Más información: www.sap.com.