El diseño como pieza estratégica de los productos tecnológicos
18 de Julio de 2018La opinión de Juan Carlos Ferraris, Head of User Experience de redbee
El diseño es hoy un componente central para los productos tecnológicos/digitales. Desde el principio de redbee, todo el proceso del diseño (desde la ideación hasta la ejecución) ha sido parte fundamental de la oferta diferenciadora de la compañía en el mercado.
En lo personal, he visto cómo mi carrera profesional ha partido desde el diseño y hoy por hoy participo activamente en las propuestas de generación de nuevas oportunidades, no porque haya dejado de diseñar, sino porque las empresas aprendieron cómo la usabilidad y las dinámicas de definición de producto que propone el diseño van forjando soluciones a bajo costo y de manera iterativa. Estas metodologías permiten más control sobre el proceso, las mejoras y los resultados.
El diseño entonces, logró sentarse en las mesas donde se toman las decisiones estratégicas y se definen los ciclos de vida de un producto, un lugar en donde había exclusivamente espacio para definiciones técnicas o financieras y hasta Marketing parecía tener una voz más autorizada, pero ya no.
Actualmente, formo parte de los momentos germinales de los proyectos en virtud de que el diseño de interfaz propone herramientas de validación de producto muy eficientes para los negocios –me refiero a prototipos, testing y entrevistas con usuarios o relevamientos etnográficos, entre otras-. Todas estas dinámicas nos permiten definir propuestas en torno a las audiencias en cuestión, pero además, nos facilitan un punto crítico para redbee: entender la necesidad real de nuestros clientes, que muchas oportunidades no coincide con lo que piden. Ayudamos a comprender el verdadero problema detrás de la necesidad que expresan ellos, o sus propios clientes y les ofrecemos una solución en consecuencia.
Como para dar un contexto, en estos últimos años es cada vez más evidente que el diseño termina de definir el éxito o el fracaso de determinados productos. Primeramente lo aprendimos de la industria B2C, quizás el consumidor digital fue el primero en otorgar más importancia a productos digitales con estética, diseño y facilidad de uso (usabilidad) mientras que para el software B2B el diseño se reducía a lo meramente operativo. En lo que refiere a software como servicio, parecía como el último agregado al proceso, su real valor se definía en otras instancias.
Grandes jugadores de la industria tecnológica –el caso paradigmático de Apple- tomaron el diseño como su gran diferencial y lo pusieron en el lugar de privilegio que hoy tiene en la cabeza del consumidor. Estos usuarios finales de a poco fueron entendiendo que los productos con diseño tienen un mayor valor.
El concepto de usabilidad por ejemplo es un término cada vez más utilizado por personas comunes y corrientes. Lo cierto es que desde el origen los seres humanos buscamos naturalmente aquello que está más a la mano y que menos esfuerzo nos representa. El diseño entonces es el nodo de conexión entre estos puntos: lo que es estéticamente placentero y a la vez, es útil para su objetivo final.
En lo que refiere a productos digitales esta intersección tiene total sentido. Cuando Google comenzó en el mundo de los buscadores el negocio estaba absolutamente dominado por Yahoo!. Esta empresa insistía en poner cada vez más cosas en una pantalla, publicidad, accesos, elementos que se movían, que llamaban la atención. Google en cambio, le dio sentido al logro simple y usable que era su interfaz (campo de texto y un botón donde la gente escribiría una palabra y presionaba un botón que decía “buscar”). De nada hubiese servido todo el esfuerzo algorítmico del motor de búsqueda de este gigante si no lo presentaban de la manera que lo hicieron, estético y usable.
En definitiva, Google junto con Apple son dos de las empresas más valiosas en el mundo entero porque lograron entender la centralidad del diseño en el negocio: dar sentido a una interfaz estéticamente placentera y naturalmente simple de usar, un desafío al que nos alineamos y que guía nuestro trabajo día a día.
(*) Juan Carlos Ferraris: Head of User Experience de redbee