¿Por qué estudiar programación? Mitos y ventajas de nuestra profesión

Escribe Ileín González (Analista de Calidad) y Leydis Aponte (IT Recruiter), de intive Argentina

Cuando el buscaminas era un juego divertidísimo y los monitores pesaban más de cinco kilos, mi abuela me insistía en que lo único perfecto en el mundo era una computadora, “porque las computadoras no se equivocan, son lógicas”. Pero creo que ella tenía algo fuera de su scope: que las computadoras son programadas por el ser humano. Desde entonces tenemos pantallas en diferentes resoluciones y un abanico de juegos casi infinito, seguro más interesante que el buscaminas. Todos aún son desarrollados por personas de carne y hueso.

Pero en ese entonces, como las máquinas eran “perfectas”, parecía que quienes se adentraban en esta aventura ‘de lo desconocido’ tenían que ser profesionales recomendados por la NASA. Poco a poco, la mayoría de las generaciones venideras fueron encaminándose por otras ramas que parecían más seguras. Unos se convirtieron en médicos, algunos en administradores y otros en periodistas.

Pero lo que ni mi abuela ni yo nos imaginábamos era que, por lo menos Argentina, necesitaría cubrir 5.337 nuevos puestos de trabajo en áreas de software en el año 2018 y que el país se convertiría en uno de los grandes exportadores tanto de software como de talento de la región sudamericana.

A diferencia de todo lo que nos contaron, la programación no es un mundo oscuro con permisos especiales en el que solo pueden ingresar personas superdotadas. Sí podemos decir que requiere disciplina, constancia y paciencia. Desde nuestra experiencia, desmitificamos algunos prejuicios sobre la programación y que muchas veces interfieren con la elección de la carrera. Veamos:

  1. Relación amor-odio con las matemáticas: esta creencia impacta directamente sobre el factor “¿para qué soy bueno?”. La realidad es que programar implica cierto análisis lógico más que matemático, pero en general, se oye decir que debes ser bueno en las matemáticas para poder programar. Debes tener increíbles habilidades numéricas, cuenta el mito. Si empezamos a desmentir esto con testimonios de quienes se dedican a programar, cambiaríamos la mirada de quienes se plantean elegir esta labor, pero dudan por “no ser buenos en matemáticas”.
  2. Adiós a la vida social: pensar que el desarrollador trabaja en solitario, con una única relación con la computadora, es muy común. Sobre todo en chicos que no tienen contacto con quienes realizan la tarea de programar. Quienes gustan de las tareas orientadas al trabajo en equipo o al contacto con la gente encuentran este prejuicio no muy atractivo. Pero nada más lejos de la realidad, el programador debe estar en constante contacto con sus equipos de trabajo, se trata de una tarea dinámica y cambiante en el día a día, con muchísima interacción entre pares y con referentes.
  3. Muchos años de estudios antes de ser reinsertados laboralmente: muchos consideran que para empezar a programar y que eso represente una fuente de ingresos deben “saber mucho”, y esa creencia podría limitar a quienes necesitan tener un ingreso y sostenerse de forma inmediata. Sin embargo, este es el mito que menos vigente está en estos días, pues es muy normal que los profesionales estudien y aprendan a medida que crecen en el área laboral.

En contraposición, presentamos algunos motivos por los que podrías probar desarrollarte en el mundo del software:
  1. Apoyo económico: saber que aun estudiando puedes empezar tu trayectoria profesional y que, además, es un trabajo bien pagado y con mucha demanda, hace que sea una gran opción.
  2. Ambiente laboral: entender que las empresas de software son casi todas horizontales, flexibles y divertidas, definitivamente resulta tentador para hacer vida profesional en ellas.
  3. Proyección internacional: se trata de una de las contadas profesiones que puedes hacer desde y para cualquier parte del mundo, y ¿a quién no le tienta saber que no está atado a una oficina?
  4. Lado humano: Hagamos viral que en las software factories y empresas de desarrollo de software en general, existe el compañerismo, la buena onda, el team work. Esto no solo provocará que muchos quieran trabajar en el mundo de la programación, sino que seguramente encararán la tarea desde un lugar distinto, dando entrada inmediata a las relaciones interpersonales agradables entre los códigos y los notebooks.

Si bien cada compañía se maneja de forma diferente, el denominador común es fomentar un ambiente laboral en el que nuestros profesionales puedan estar en constante crecimiento y actualización con sus respectivas tecnologías.

Desde intive (Buenos Aires), por ejemplo, hemos facilitado brigadas a petición de nuestros devs, en las que buscamos consentir un espacio de estudio e intercambio dentro de las horas de trabajo. Y también hacemos meetups. Y participamos en plataformas web para continuar creciendo.

(*) Ileín González: Analista de Calidad, Analista de Calidad en intive Argentina