Nuevas tecnologías en Argentina, luego del Covid

La opinión de Alejandro Prince sobre la nueva normalidad: "Revolución de base tecnológica es cierto, pero sin duda una revolución cognitiva y luego productiva. ¡Smart revolution!"

El mercado cae pero avanza. Los amigos de CanalAR me piden que en unos minutos de video les comparta mi mirada sobre el escenario post covid del mercado tecnológico. Decido hacerme un guión. ¡Mal día, mala semana y mal año para encontrar mi lado positivo! ¿Como ser apóstol pero crítico?

Hasta hace unos meses estuve desarrollando y dando unas charlas que llamé Renacimiento Digital, donde explicaba la enorme oportunidad del mundo y de Argentina de aprovechar la implementación y despliegue de las tecnologías 4.0 para potenciar un salto de eficiencia y productividad mayor -en 5 años- a lo que la era digital nos ha dado en sus primeros 50 años.

Internet de las Cosas, Analitics e Inteligencia Artificial, Nube y Edge, 5G, Blockchain y Cripto no son solo tecnologías más veloces y poderosas, es un equipo, que tiene el poder de multiplicar x 10 las conexiones a corto y mediano plazo, pero por 100 o por 1000 la cantidad de datos y por sobre todo, mucho más aún la cantidad de información, conocimiento aplicado, e inteligencia. Inteligencia entendida como poder solucionar problemas, o crear valor, en tiempo real en cualquier momento y lugar y mediante diversos dispositivos.

Revolución de base tecnológica es cierto, pero sin duda una revolución cognitiva y luego productiva. ¡Smart revolution!

SPUTNIK!

De chico (a fines de los 60´s) pensaba que estaba viviendo la era atómica y espacial. Nací a las pocas horas de que Laika subiera literalmente al cielo.

Luego, con la PC en el 83, internet en 1990, la movilidad y las redes me fui convenciendo que vivíamos en una era digital, luego llamada sociedad informacional o del conocimiento, una sociedad en red, mas horizontal y abierta.

Desde Chernobyl y Fukushima, y hace poco con Space X, las tres denominaciones, pero también descriptores, convergieron.

Hace medio año entramos a una pandemia casi extraída de una película de zombies (¿cuántas hubo en estos últimos años?). Lo contingente, eventual se hizo realidad y promete una transformación no mensurable porque no sabemos cuándo o si termina.

Un AC y un DC. Un Antes y Después del Covid.

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Si combinamos lo digital, espacial, nuclear y “viral” tenemos una fórmula explosiva que deja a la del entrañable Toffler como un “cuetito” de fin de año.

Del Big Bang a un nuevo BANG dónde la humanidad acrecienta sus posibilidades de descomponer y recomponer Bites, Átomos, Neuronas y Genes.

¡BANG! ¡Te maté! Decíamos en el recreo, jugando a indios y vaqueros.

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Todo junto y a gran velocidad. No sé si asustan los cambios, los previsibles, los imprevisibles, su profundidad y/o la velocidad. O todo.

No podemos analizar el post Covid de la tecnología solo a partir de la tecnología. Las tecnologías co-evolucionan entre sí, como plantea la hipótesis de la Reina Roja en biología, no habrá IAG sin Quantum Computing, ni IOT sin 5G. Pero también estas tecnologías co-evolucionan con otros sistemas de la sociedad y la economía.

Como nos enseña el paso de la era industrial de su etapa vapor a la electricidad, el 4.0 puede, respecto del 1.0 cumplir las promesas de perfeccionamiento, eficiencia y productividad.

Algo es seguro, luego del Covid, o peor durante si es algo con lo que debamos convivir por años, con el cambio tecnológico y con la tensión social y política acumulada en el mundo que vemos en cada rincón del planeta, debemos esperar profundos cambios organizacionales, institucionales, un major regime change. Un cambio de fase crítica.
CAMBIO, CAMBIO! Vocean los arbolitos.

Recorrimos la posmodernidad y la modernidad líquida durante décadas. En pocas horas un virus nos pone en punto de sublimación hacia una "hiper-modernidad" gaseosa e inestable que augura tensiones, avances y retrocesos según desde dónde o cómo miremos.

¿Transformación digital o viral? Transformación virtual y real. Con estética hiperrealista y ética desconocida.

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¡Argentinos, les hablé de tecnología y me respondieron con el bolsillo!

Corre por los medios y las redes eso de la Nueva Normalidad. Me temo que volvamos a la vieja anormalidad.

Hoy la ONU dijo que prevé para nuestro país un 56% de pobreza para 2021. Y eso partiendo de los datos de hoy, que no sabemos si son el piso.

Cualquier proyección cuantitativa del mercado TIC al 2021 es temeraria y nula de nulidad absoluta. Un dato real es que el mercado TIC, a fin de 2019 y medido en dólares, venía cayendo un 40% respecto de 2017. Con 9.071 millones de dólares de Mercado TIC en 2019 estábamos muy por debajo del máximo de 2012, 21.055 millones, pero por suerte aún lejos del mínimo de 2002, de 3.418 millones. Con la devaluación acumulada y la caída de mercado hasta hoy, a la mitad del año, y dentro de lo previsible, la caída se ampliará en 2020.

Otra forma de verlo es que mientras los países industrializados invierten o gastan en TIC un 5% o más de su PBI, nosotros estamos en el 2% y cayendo.

No nos engañemos por un alza repentina del consumo de internet y una demanda de netbooks alimentada más por el faltante de stock, los problemas de importación y precio que por el pico de teletrabajo, de telestudio o de televerpelisencasa. El teletrabajo no es posible más que por un 20% de los puestos laborales. Los chicos volverán a las escuelas, para bien de sus padres y de su propia socialización y salud mental. Que creció el e-commerce en los rubros alimentos y bebidas, artículos de limpieza, y ropa? Cambio aire acondicionado poco uso por auricular con micrófono! Rubros que eran de los más pequeños crecieron, pero pasajes y turismo, electrodomésticos y entradas a espectáculos, los más grandes cayeron profundamente. Qué hay nuevos compradores online? Seguro, y quedarán adentro de la familia. Que compraste comida online por primera vez? Bien. Volverás a hacerlo aunque el virus y la cuarentena se vayan. Que diste o tomaste clases todo el semestre o año en el campus virtual? Estupendo, seguro complementaremos las clases presenciales con virtuales cuando haga mucho frio, nieve o el profe tenga o los pibes tengan un resfrío, del común por favor. Y cuántas reuniones de trabajo entre la planta y la oficina del centro seguirán siendo en línea.? La zoomificación vino para quedarse.

No hay mal que con bien no venga. O como sea. Externalidades positivas del Covid en la difusión y adopción de tecnología. Una buena!

De la tecnología no se vuelve. Es un camino de ida. Ups! Sonó feo, pero es así.

¡El mercado cae pero avanza! (Mi frase más lograda de este texto, y si mis abuelas fallecieron hace tiempo)

Además de la crisis económica que supimos conseguir, agravada por el bi-cho-chi-no, otro frente se aproxima. El techlash, como lo designó The Economist en julio de 2019. Una oleada de resistencia, hostilidad contra las empresas, plataformas y aplicaciones TIC, sus relaciones laborales, sus modelos de negocio, sus éxitos y ganancias obscenas, sus efectos o sus impactos, sus promesas incumplidas, su manejo de datos o de los mismos algoritmos. Esto está generando una ola gigante de controles y regulaciones. Seguramente justificada y con buenas intenciones en muchos casos, pero que probablemente será poco eficaz, costosa y hasta contraproducente.

e-Argentina?

En el escenario post Covid, Argentina estará en medio de una gran crisis económica, con un gran nivel de conflictividad política y social. También tendrá la oportunidad de promover y desplegar la tecnología 4.0 y hasta de lograr un leapfrogging que coloque al país al frente de la región en implementaciones de blockchain, desarrollos de IA, despapelización del Estado, exportación de conocimiento, sensorización de infrastructuras y digitalización de economías regionales, pequeñas empresas y ciudades.

No se trata ya de un partido o de un gobierno u otro. Se trata de tomar decisiones estratégicas, políticas de estado y programas eficientes. Promover el uso extensivo, intensivo y estratégico de la tecnología de la información por parte de personas, empresas y gobierno, en todos sus niveles.

La tecnología de la información no solucionará, y menos mágicamente, ninguno de nuestros problemas. Pero en un mundo complejo, competitivo, veloz y tenso, no es posible solucionar ningún problema ni crear valor sin utilizar (inteligentemente) la tecnología. La gallina y el huevo.

Las tecnologías 4.0 renuevan las promesas fundantes de la revolución de la informática y las comunicaciones. Eficiencia, perfeccionamiento y productividad por un lado, transparencia, apertura y participación por el otro.

La tecnología no es negativa ni positiva, pero tampoco neutra. Eso dicen. Yo creo que más que en el diseño o designio de sus creadores, el signo, bueno o malo, está en nosotros. En nuestras manos.
Argentina debe co-evolucionar. Adaptarse o desaparecer. No podremos hacerlo sin tecnología.

Dr. Alejandro Prince
Buenos Aires, 26 junio de 2020

(*) Alejandro Prince: Director de Prince Consulting. @alxprince