Ernesto Galíndez opinó sobre la industria del software

Por Darío Drucaroff
La empresa argentina dedicada al software y servicios informáticos TGV viajará a la feria CeBIT, que se llevará a cabo en Alemania, para impulsar los negocios en Europa. Canal AR habló con Ernesto Galíndez, presidente de la empresa, y del Polo IT Buenos Aires, quien opinó que, más allá de que todo el mundo diga que no tenemos que ser como la India, lo que se termina exportando, salvo algunas excepciones, son servicios. "Creo que el Gobierno de la Ciudad no está tomando suficientes acciones coherentes para favorecer al sector", comentó también Galíndez

Canal AR habló con Ernesto Galíndez, presidente de la empresa TGV, dedicada al software y servicios informáticos, y del Polo IT Buenos Aires. A continuación, una entrevista que toca temas ya muy discutidos, como la problemática de recursos humanos del sector, y el perfil de Argentina como exportadora de software.

- ¿Con qué objetivos están yendo a la feria CeBIT?

- El año pasado visitamos la feria de Hannover y la de Madrid, en donde teníamos más expectativas. Realmente Hannover me deslumbró: son 27 pabellones, y cada uno es prácticamente una manzana. Me quedé con la sensación de haber perdido oportunidades de conocer pares, proveedores o eventuales clientes, aunque no clientes finales, así que este año intentaremos generar más reuniones. Lo que veo como una gran chance es tener conexión con empresas alemanas que sean similares o complementarias a la nuestra. De hecho vamos dos personas de la empresa, y tenemos un stand dentro de lo que es el pabellón argentino.

- ¿Qué ofrecen principalmente a las empresas en el exterior?

- Nuestro objetivo es relacionarnos con empresas alemanas que quieran contratarnos el desarrollo. La oferta de hoy es el desarrollo off shore. Más allá de que existan algunos productores de software que estén teniendo éxito en algunos nichos, según mi visión personal, el desarrollo del off shore es lo que tiene más chances en el exterior.

TGV trabaja con gran cantidad de países, sobre todo latinoamericanos, principalmente bajo la modalidad off shore, que se corresponde con el 20% de la facturación. Este tipo de trabajos, de Argentina para el exterior, están dirigidos para grandes consumidores, como bancos o prestadoras de servicios, que tienen que adaptar todos sus sistemas comerciales. En esos países existen pedidos muy grandes de desarrollos, y no tienen capacidad o calidad suficiente. Por eso Argentina les resulta económica. Tiene el nivel y calidad que ellos necesitan, y les permite hacer el trabajo.

La incidencia de los recursos humanos

- ¿Por qué creés que desde el exterior confían en Argentina cuando posee un problema importante de recursos humanos?

- Creo que hay un problema muy cierto que es que en estos momentos en el sector hay sobre empleo. Pero también es cierto que una empresa que tenga la estructura como para producir con distintos niveles de capacitación de la gente puede asumir el trabajo, repartirlo, y darle a cada uno la dificultad de acuerdo a la capacidad. Es necesario que el Estado realmente invierta en la formación de recursos y creo que las empresas tienen que ser muy creativas respecto de este tema. A nosotros nos llegó un proyecto que requería 16 personas, y teníamos un mes para empezar. Lo que hicimos fue seleccionar gente con poca experiencia, armamos un curso de capacitación sobre la tecnología específica que iban a usar, dándoles poco menos que la receta. Estuvieron dos semanas capacitándose, y el lunes estaban programando para México.

- ¿Te parece que el problema de recursos humanos está ligado al management de las empresas?

- No. Sería mucho más fácil que tuviéramos programadores formados, y así tendríamos una actitud más agresiva hacia afuera. Eso es importante y necesario. Lo que yo digo es que como empresario no podés darle respuesta a un cliente con planes a dos años, entonces nuestra empresa, por lo menos, tiene experiencia en manejo de equipos con distintos niveles de capacitación para resolver temas de distintas complejidades. Esto nos permite resolver elegantemente estos problemas de falta de gente. También es cierto que lo que nosotros necesitamos es un ingeniero o arquitecto de sistemas, y 5 programadores. No necesitamos todos profesionales.

- En este sentido, ¿creés que Intel y las demás empresas que se están instalando en Córdoba tienen presente este faltante de recursos humanos?

- Acá sí hay formación de profesionales. Me imagino que apuestan a captar los mejores profesionales de las carreras de muchas facultades de donde salen ingenieros o arquitectos de sistemas. Cuando se está hablando de 400 personas en tres años, en realidad se están tomando entre 70 y 120 por año, lo cual no es un número muy elevado.

- Desde el Polo IT, ¿cuáles son los objetivos para este año?

- Hay todo un carril de recursos humanos, que pasa por tratar que el Gobierno de la Ciudad finalmente cristalice el programa de formación de jóvenes secundarios. Hace un año lo propusimos, para chicos de quinto año de las escuelas técnicas, y nosotros nos comprometimos a tomar una determinada cantidad de gente. Pero el programa no se vio. Esa inacción es la que finalmente hace que Buenos Aires se desdibuje dentro del sector. Porque si en Córdoba te generan tantos beneficios como productor de software, vas a terminar yéndote a Córdoba. Creo que el Gobierno de la Ciudad no está tomando suficientes acciones coherentes para favorecer al sector. Hubo ciertos subsidios para determinadas actividades, de hecho nos dieron 50 mil pesos para calidad, y también nos han dado subsidios para exportaciones. Eso está bien, pero hay que hacer otras cosas más. Nos desespera ver que hace un año tenemos un plan de trabajo, y una salida laboral, una demanda insatisfecha, y que no pase absolutamente nada. Siempre hay un casillero más que tildar.

Foco en la exportación

- ¿Cuál es la mejor manera de ver la evolución de la exportación de software?

- Yo te diría que uno de los indicadores más claros es la espectacular suba del costo de los programadores. Hoy un programador Java debe estar ganando el doble que hace 3 años, y eso es porque está orientado hacia fuera.

- Se habla últimamente de hacer un esfuerzo para identificar aquellos sectores que podrían ser impulsados con mayor foco hacia el exterior. ¿Cómo ven ustedes esta propuesta?

- No lo hablamos, pero sería interesante. Hay mucho "bla bla", quizás sería interesante en un año o seis meses hacer un análisis para saber qué empresas efectivamente han exportado, y tratar de sacar el denominador común. Vas a ver que más allá de que todo el mundo diga "no tenemos que ser como la India", lo que exportan salvo algunas excepciones, son servicios.

Puertas hacia adentro

- ¿Cómo creció TGV?

- Cuando arrancamos éramos cinco, y llegamos al 2001 con 100 personas. Ahora somos 220. En el último año hubo un crecimiento muy importante. El mercado externo ayudó, pero también el mercado interno, tuvimos mucha demanda dentro del país.

- ¿Cómo impactó en la empresa el hecho de estar dentro del régimen de promoción?

- La ley tiene un beneficio económico, que permite mayor capacidad de inversión. TGV tiene a todo el mundo en relación de dependencia, y esto a nosotros, frente a otras alternativas de contratación, nos da una ventaja importante. El dinero que uno tiene de más, permite principalmente tres cosas: crecer, contar con mejores reservas, y aumentar la capacitación y la investigación y desarrollo.


Más información: www.tgv.com.ar.