En esta década, tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial (IA) y la Internet de las Cosas (IoT) serán altamente relevantes no sólo para los negocios, sino también para todos nosotros. Muchos de los dispositivos que usamos hoy en día ya emplean este tipo de aplicaciones para muchas de nuestras actividades diarias, y a lo largo de los años esto será cada vez más común. A la vez, el hecho de que nuestros datos, sobre todo los más valiosos, estén continuamente transmitiéndose vía Internet incrementa el peligro.

De acuerdo con IDC[1], para 2024 una de cada tres interacciones de interfaz de usuario en Latinoamérica hará uso de videos inteligentes, así como de habla, procesamiento de lenguaje natural, realidad virtual y realidad aumentada habilitados por IA. La firma también calcula que tan sólo un año después más de la mitad de las nuevas aplicaciones empresariales en la región incorporarán IA, mientras que en el mundo habrá 41.600 millones de dispositivos conectados al IoT, generando 79.4 zettabytes (ZB) de datos, con un rango de crecimiento anual compuesto de 28,7% (entre 2018 y 2025).

Al mismo tiempo que este mercado de las tecnologías disruptivas continúe avanzando, la cantidad de datos, tanto estructurados como no estructurados, generados por los dispositivos actuales y futuros seguirá creciendo, aumentando también las actividades maliciosas, como el ransomware.

Este mundo más inteligente, conectado y basado en sensores, implica una mayor responsabilidad de parte de todos (Gobierno, empresas e individuos) en cuanto al manejo de las nuevas vulnerabilidades de la privacidad y protección de los datos. En otras palabras, al mismo tiempo que las innovaciones actuales simplifican nuestra vida, traen consigo grandes desafíos. Es fundamental poner atención a la ciberseguridad y contar con una estrategia que nos permita asegurarnos de que, aunque estemos siempre conectados, sigamos teniendo control sobre nuestros datos.

La mejor alternativa para continuar maximizando los beneficios de la IA y el IoT desde las tecnologías más sencillas tales como los asistentes de voz, hasta las más evolucionados, como el cuidado digital de nuestra salud o los coches autónomos, manteniendo seguros nuestros datos, es utilizar las tecnologías de respaldo que nos permiten almacenar, gestionar y cuidar de nuestros datos de forma inteligente en la nube.

Desde Veeam brindamos apoyo para que los datos de las organizaciones en las plataformas tecnológicas tradicionales y la más innovadoras (incluyendo IA e IoT, entre otras) estén protegidas de la ciberdelincuencia, las eventuales caídas y errores humanos, a través de la Gestión de Datos en la Nube. Asimismo, aconsejamos a nuestros usuarios, por un lado, mantenerse informados y cumplir con las actualizaciones legales en torno al manejo y la privacidad de los datos, y por otro, incrementar la encriptación hasta llegar a cifrar toda la información, incluyendo los respaldos. Lo ideal es seguir la Regla 3-2-1, que implica contar con 3 copias distintas de los datos en 2 medios distintos, y al menos 1 de ellas en la nube.

(*) Dmitri Zaroubine: Gerente de Ingeniería en Sistemas para LATAM & MCA en Veeam Software