DevOpsnomics: generar valor con el open source en la economía digital
22 de Febrero de 2021Escribe Santiago Sinelnicof, arquitecto principal de Red Hat América del Sur y el Caribe
El avance del teletrabajo y el cambio en los hábitos de consumo durante la pandemia, en particular, de productos y servicios financieros, obligaron a las empresas a acelerar la revisión de sus prioridades informáticas. A medida que perciben cómo el trabajo virtual propicia una mayor productividad de los equipos de software, ponen mayor énfasis en la transformación digital y en iniciativas en la nube. En este contexto, las reglas para la generación de valor digital se definen según un nuevo concepto de economía, o DevOpsnomics, que despierta la conciencia en las empresas sobre métodos innovadores para ser más competitivas. Este entendimiento proporciona a los líderes un método holístico para evaluar si sus organizaciones posee los componentes necesarios y si invierten de manera adecuada para ser competitivas.
La creación de riqueza, a partir de los beneficios de la economía digital, está concentrada principalmente en los Estados Unidos y China. Según el Informe sobre la Economía Digital 2019 elaborado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), otras regiones, como África y América Latina, se encuentran bastante rezagadas.
Asimismo, según predicciones de Accenture, se espera que la economía digital en el mundo crezca a valores superiores a los US$24.000 millones y que sume montos significativos al PBI de los países latinos en los próximos años, gracias a que gran parte de la población ya se adhirió a la banca digital y el crecimiento de las compras en línea por medio de aplicaciones demuestra ser más veloz que las ventas en tiendas físicas.
Ante este nuevo escenario, las áreas de negocio piden que la TI sea más estratégica, que los equipos adopten medidas asertivas para aumentar la colaboración y ser más eficientes. El tema central es que todo gire en torno al cliente, generar empatía y medir si -y de qué modo- se satisfacen sus necesidades y expectativas. En ese sentido, el uso de métodos ágiles de desarrollo y operaciones (DevOps) crea un escenario más colaborativo y permite tomar mejores decisiones de negocio. En este proceso, es fundamental replantearse la ingeniería de software y la TI y mantener la medición iterativa para aportar innovación continua a medida que se identifican nuevas necesidades.
Ventaja competitiva versus excelencia operativa
Durante muchos años, las firmas creyeron que para destacarse en el mercado debían elegir entre la excelencia operativa y una posición competitiva excepcional. Esa idea, concebida por Michael Porter, profesor de economía en Harvard y líder en estrategia, establece la maximización del valor de la ventaja competitiva como eje central de la economía de diferenciación.
Según Porter, una economía de escala tiene en su centro de costo la fuente de excelencia operativa que genera eficiencia. A partir de esta premisa, muchas organizaciones concluyen erróneamente que no hay forma de reducir los costos cuando se crea valor. El conflicto entre ambas lógicas económicas provoca que la toma de decisiones, en muchos casos, se aleje del ideal. La pretensión de querer hacer encajar la TI en una única lógica económica es desacertada y, además, perjudica a las propias organizaciones que necesitan transformarse.
Precipitar la diferenciación mientras se logra resiliencia y escalabilidad
Esta falsa dicotomía entre diferenciación y escala, valor y eficiencia, queda en evidencia por la introducción de una tercera lógica económica: la economía de alcance. En esta modalidad, también denominada de “reutilización” o más profundamente “Recommoning”, el valor producido se basa en elementos que adquieren valor debido a su amplia utilización. Ejemplo de la economía de alcance son las plataformas digitales construidas a partir de elementos "primitivos” que se encuentran en las economías de escala (redes, almacenamiento, base de datos, funciones básicas de negocio, etc.), que ofrecen a los desarrolladores bloques componibles, tanto de servicios tecnológicos como funciones de negocio, lo cual reduce enormemente el esfuerzo de evolucionar las experiencias digitales.
De esta forma, las organizaciones pueden optimizar ambas formas de valor (diferenciación y escala) ya que el esfuerzo de crear experiencias se reduce mientras que la economía de escala se maximiza. Este enfoque está emergiendo en múltiples industrias, como por ejemplo la bancaria bajo el concepto de Open Banking y Banking-as-a-Service. En general, las organizaciones están ampliando su toma de decisiones para incluir una tercera forma de pensar acerca del valor (reutilización).
Innovación veloz de la mano del open source
El proceso de “Recommoning” implica la colaboración entre dos o más actores que reconocen la necesidad de construir soluciones “para el bien común” que permiten balancear las necesidades de flexibilidad ante la innovación con las de resiliencia de cara a la continuidad operacional. El modelo de innovación triunfador en este espacio es indudablemente el de código abierto. Ante la necesidad de transformación, el open source ofrece una propuesta de valor más atractiva por su capacidad de innovación y por facilitar el cumplimiento de las metas de gobierno propias de las empresas, imposibles de alcanzar con el software propietario.
Además, el open source evita a las empresas los enormes costos iniciales del software propietario y permite que aprovechen los beneficios de la experiencia en implementación de toda la comunidad. Las soluciones open source proporcionan mayor facilidad para adaptarse a las necesidades de los clientes, irrumpen en múltiples escenarios de la economía y ayudan a crear nuevos mercados. En el espacio empresarial, el interés por tecnologías open source continúa en aumento y demuestra el enorme potencial del código abierto como catalizador de la economía digital.
DevOps: eficacia y productividad
Las tecnologías open source ayudan a los equipos a implementar la cultura de colaboración entre innovación, desarrollo y operaciones que denominamos DevOps y adoptar flujos de trabajo ágiles. Además, atienden los principales desafíos de la transformación digital, como la cultura, los procesos y la tecnología.
Es necesario tener en cuenta que la tecnología no es el factor más importante de la transformación digital. Los procesos y la cultura dentro de las organizaciones cobran una relevancia aún mayor. Es la cultura DevOps la que ayuda a las empresas a lanzar nuevos productos y servicios de manera más rápida y eficiente.
Estas prácticas permiten crear, probar y ofrecer soluciones con mucha más agilidad. El trabajo manual, además, es casi nulo. Esto modifica la dinámica de interacción entre los equipos ante la necesidad de innovación y refuerza el proceso de transformación digital.
DevOps es un multiplicador de fuerzas en términos de eficacia y productividad y, junto con la automatización, consigue que las operaciones sean previsibles, eliminando las tareas repetitivas.
Según un informe de Gartner, nueve de cada diez empresas de tecnología fracasarán a menos que adopten la cultura DevOps. Muchas empresas adoptan actualmente esta metodología para automatizar todo lo que pueden y esto hace que los equipos de desarrollo y operaciones colaboren entre sí y trabajen de forma más estrecha.
Para garantizar calidad y coherencia, es necesario que este cambio a nivel organizacional ocurra al mismo ritmo para la evolución tecnológica, para la adopción de prácticas DevOps y para la transición cultural. Además, debe existir un claro compromiso de la dirección, de lo contrario, la transformación nunca será totalmente asimilada por la organización. El banco del futuro, por ejemplo, tendrá más posibilidades de triunfar si funciona como un ecosistema de personas, procesos y tecnologías interdependientes y conectados de manera segura. Para crear economías de diferenciación, el cliente debe estar en el centro del banco y el open source funciona como punto de convergencia.
El gran desafío consiste en trabajar internamente con todos los equipos necesarios para generar las condiciones que hagan posible la transformación, en lugar de esperar a que ocurran esos cambios.
Se debe trabajar para salvar la brecha digital en un mundo donde más de la mitad de la población tiene acceso limitado o nulo a internet, y responder al deseo de las personas en países en vías de desarrollo de participar del nuevo mundo digital como usuarios y consumidores, pero también como productores, exportadores e innovadores.
(*) Santiago Sinelnicof: Arquitecto principal de Red Hat América del Sur y el Caribe