Contractia: "Seguir firmando hológrafamente es un contrasentido"

Entrevista a Juan Pablo Altmark, co-fundador de Contractia, una plataforma de firma electrónica que utiliza inteligencia artificial y establece valor probatorio para asegurar que la otra parte va a cumplir con sus promesas de negocio

Desde hace más de 15 años que la seguridad informática en el mundo de los negocios y en el ámbito estatal está en la agenda digital de la Argentina. Hace 15 años se discutía en el Senado de la Nación sobre la necesidad de normar y proteger los diferentes aspectos que conlleva los contratos (ver esta nota de Canal AR del año 2005).

Juan Pablo Altmark, co-fundador de Contractia

Más de una década y media después, el crecimiento de la firma electrónica y su importancia comienzan a ser realidad en el proceso de digitalización de los contratos comerciales. Canal AR entrevistó a Juan Pablo Altmark, co-fundador de Contractia, una plataforma que "brinda respaldo jurídico a las firmas electrónicas".

Según Altmark “hace muchos años que trabajamos en consultoría para acompañar a las empresas y organismos públicos en sus proyectos de transformación digital y despapelización desde nuestro estudio Altmark & Brenna y cuando arrancó la pandemia y se dictaron las normas de distanciamiento obligatorio, varios de nuestros clientes nos plantearon la urgencia de resolver la problemática de las firmas. Ahí decidimos unánimemente desarrollar una solución que pueda dar confianza, seguridad y practicidad a nuestros clientes”.

Prueba de Vida


Según la empresa Gartner, en 2020 hubo en el mundo aproximadamente 26 mil millones de dispositivos con un sistema de conexión al internet de las cosas. Si a esto le sumamos el crecmiento de la inteligencia artificial y los bots, es un hecho que ciertos sistemas “hablan” con otros sistemas. ¿Cómo sabe un banco que una persona que ingresa a su home banking es una persona y no un bot?¿Cómo sabemos que la firma de un contrato fue hecha por la persona que dice haberla firmado?.

Para resolver este complejo asunto Contractia utiliza “varios factores de autenticación del firmante cómo el correo electrónico, el DNI o documento nacional de identificación de su país y una prueba de vida que realiza con un matcheo mediante inteligencia artificial, entre la selfie del firmante y la fotografía en su documento”. El proceso según Altmark concluye cuando "finalmente validamos el número de teléfono móvil. Todo queda finalmente expresado en el documento".

Los usos de la firma electrónica son variados, "desde el sector inmobiliario que la utiliza para todos los contratos propios de una operación inmobiliaria hasta el sector agropecuario dónde se utiliza para firmar contratos de compra venta de granos o gestionar las cartas de porte electrónicas. Otros clientes lo utilizan en su departamento de compras y contrataciones para firmar contratos con proveedores y socios comerciales".

Valor Probatorio


La firma de un documento con valor jurídico establece derechos y obligaciones. Es el acto que permite confiar en que la otra parte va a cumplir con sus promesas y en caso de incumplimiento nos permite acudir a un tribunal para que se exija su cumplimiento. Según el fundador de Contractia “en la era digital, seguir firmando hológrafamente es un contrasentido y extremadamente ineficiente y contaminante”.

Altmark garantiza que “con Contractia se puede obtener la firma de todos los firmantes de un documento y estar tranquilos que eventualmente podremos presentar el documento electrónico a un juez en caso de ser necesario y que las firmas serán reconocidas. El documento es firmado y nosotros lo sellamos criptográficamente con nuestro certificado digital para que el mismo sea inalterable”.

La firma electrónica ya se ha convertido en un estándar en los países más desarrollados y la pandemia ayudó al cambio cultural que era necesario para incorporar en la cultura Argentina, según el experto argentino “la adopción masiva es simplemente cuestión de tiempo”.