Virtualidad enmarañada
2 de Junio de 2023Enrique Carrier sobre la decisión del Enacom de obligar a los tres operadores a ofrecer sus redes y espectro bajo el formato OMV
Artículo publicado por Enrique Carrier en Comentarios.info.
A pocos escapa que la licitación de espectro para 5G no está desarrollándose de manera fluida. Las diferencias entre los operadores móviles y el gobierno, particularmente en materia de precio y forma de pago, tienen estancado un proceso que se prometió originalmente para el mes de febrero pasado. En este contexto, la decisión del Enacom de obligar a los tres operadores (Claro, Movistar y Personal) a ofrecer sus redes y espectro bajo el formato OMV (Operador Móvil Virtual) a Telecentro fijando los precios mayoristas logró encender los ánimos y simultáneamente congelar las discusiones.
Un OMV es una compañía de telefonía móvil que no posee una concesión de espectro de frecuencia y, en consecuencia, carece de una red propia de radio. Por lo tanto, para dar servicio, debe “alquilar” la infraestructura de red de otro operador con espectro propio, conocido como OMR (Operador Móvil con Red). Y para hacerlo, ambas partes deben previamente acordar distintos valores, entre los cuales están el costo del minuto de voz, de los SMS y de los MB de datos.
Es justamente en el tema precios en que ninguno de los OMR (Claro, Movistar y Personal) pudo llegar a un acuerdo con Telecentro para que ésta ofrezca también servicios móviles. Ante esta situación, el Enacom tomó dos decisiones que encendieron las alarmas de los OMR: exigir que cada uno de ellos ofrezca su infraestructura a Telecentro y hacerlo con precios fijados por el regulador.
Que la exigencia sea para los tres OMR por igual es por lo menos llamativa. Normalmente un OMV acuerda con un OMR, como es el caso actualmente de OMV Imowi (que agrupa a las cooperativas que forman Catel) con Movistar. Operando con las tres redes existentes, Telecentro tendría automáticamente una cobertura mayor que la de cada OMR individualmente.
Por otro lado, los precios fijados por el Enacom resultaron muy próximos a los pretendidos por Telecentro y muy distantes de los ofrecidos por los OMR. Es interesante observar que la diferencia entre el precio para OMV (que es un precio mayorista) fijado por el Enacom y el precio minorista para servicios móviles que establece el mismo regulador a partir del DNU 690, resulta en un margen bruto para el OMV equivalente al 80% o más, dependiendo del servicio de que se trate (voz, SMS o MB). A modo de referencia, en un acuerdo de OMV bajo el modelo “retail minus”, donde los precios mayoristas surgen de un descuento sobre los precios minoristas del OMR, el margen bruto para el OMV es del orden del 10 al 20%.
A éstos se agrega un tercer elemento controversial: esta decisión es exclusivamente para Telecentro, pero no para cualquier otro OMV que quisiera ofrecer servicios. De tal modo, se está promoviendo el ingreso de un operador con reglas a medida. No es un dato menor considerando que Telecentro es el tercer operador de comunicaciones fijas (banda ancha, TV paga y telefonía) que en el pasado manifestó sus intenciones de ser OMR. Lo hizo al participar de la subasta de espectro para 4G en el 2014 aunque finalmente no presentó propuesta. No obstante, desde entonces tiene una situación incómoda con la industria móvil ya que cuenta con espectro en la banda de 700 MHz que, si bien no está utilizando, no ha renunciado a su titularidad. Se trata de una porción de espectro que en su caso fue asignada para servicios de TV. En otras palabras, tiene espectro habilitado actualmente para servicios móviles que, por suerte, no está usando por las interferencias que causaría, pero no desiste de su titularidad, para lo cual cuenta con una medida cautelar a su favor.
Más allá de los aspectos legales y económicos de la decisión del Enacom, es complejo forzar una relación comercial entre partes que se recelan y tienen profundas diferencias. Va en contra del espíritu del “affectio societatis” que designa la voluntad común de asociarse a personas físicas o jurídicas.
Todos estos factores tensan la relación entre OMR y regulador, amén de prometer conducir a una judicialización. De hecho, ya comenzaron algunos recursos administrativos, así como envíos de las primeras cartas documento. Por lo tanto, existe la posibilidad de que se congele la situación en detrimento de las aspiraciones de Telecentro. Esto no puede ser ignorado por el Enacom, cuyo mensaje sería “yo hice todo para ayudarte, pero me bloqueó la Justicia”. Una forma de salir del paso para el Enacom, pero que dejaría en pie un conflicto para la próxima gestión de gobierno. Un lindo regalito.
(*) Enrique Carrier: Analista de mercado especializado en Internet, informática y telecomunicaciones, con más de 20 años de experiencia en el sector tecnológico. Además, es el editor de “Comentarios”, el newsletter semanal y blog de Carrier y Asociados