De la televisión a las plataformas digitales, de comerciales grabados a eventos en vivo de gran despliegue: los viejos infomerciales se renuevan para atraer a clientes cada vez más conectados y que demandan experiencias superlativas. Cuando el formato “llame ya” había perdido su terreno y para las generaciones más jóvenes no era más que una anécdota de los mayores, las empresas, ansiosas por seguir acompañando a sus audiencias en todo el proceso de compra, apelan ahora al Live Shopping.

Se trata de transmisiones en vivo en las que animadores, muchas veces celebridades o influencers, interactúan con los espectadores. Desde el punto de venta o espacios armados exclusivamente, la marca monta una presentación en la que los consumidores no sólo se entretienen con contenido divertido y de valor, sino que reciben jugosos beneficios y hasta participan de sorteos ao vivo. Lo rico de la propuesta es que conjuga inspiración, búsqueda y compra, ¡todo a la vez, en un mismo lugar y prometiendo vender cinco veces más! Un win-win difícil de ignorar.

El streaming se ejecuta desde la propia tienda en línea. De esa manera, el cliente puede, a la vez, disfrutar de la exhibición y de una compra más distendida mientras oye reseñas o ve demostraciones de los productos, con descuentos especiales, que valen sólo durante el show, claro, como ocurría en aquellos programas de venta que quedaron relegados a la trasnoche de la pantalla chica.

Está claro que la premisa de base no es reciente: se trata de motivar al cliente a que compre. Lo que se transforma es cómo lograr ese cometido. El secreto está en que el customer journey sea sencillo, sin fricciones y blindado a los competidores, que cada vez son más los que aterrizan en el mundo 3.0 (sí, el 2.0 está siendo desterrado). Lo fundamental, es ser atrapantes y originales.

Así las cosas, en Argentina ya debutó un amplio abanico de marcas: desde una perfumería que alojó en su sitio web una clínica de belleza hasta una reconocida empresa de viajes que, con un influencer como anfitrión, copó sus perfiles en Instagram, Facebook, YouTube y hasta la home de una revista online.

Y, como no podía ser de otra manera, la Inteligencia Artificial ya es una aliada y toma protagonismo. Mediante el análisis de datos y aprendizaje automático, ayuda a customizar la experiencia de compra, sugiriendo minuto a minuto productos relevantes para cada cibernauta e incentivando su vínculo con los presentadores. Además, permite una mayor segmentación, lo que hace más eficiente y relevante la promoción. Como si fuera poco, su poder predictivo facilita la toma decisiones en real time, permitiendo adaptar la estrategia de ventas en el acto. Y pronto ya no habrá que esperar a que el cliente abandone el carrito para enviarle un mail, más bien podremos enviárselo durante el espectáculo.

Es, sin dudas, un fenómeno que está revolucionando al comercio electrónico tal y como lo conocemos; ya desafía a las mentes detrás de los negocios a plantear propuestas de vanguardia. Y así lo confirma el estudio “Commerce’s Future Shopper Report 2022”, de Wunderman Thompson: “El 64% de los consumidores globales quiere que las marcas ofrezcan un recorrido más innovador, desde la búsqueda inicial del producto hasta el momento de la compra”, sentencia sobre una tendencia que promete facturar 500.000?millones de dólares este año.

Ante este panorama, el potencial del Live Shopping es inmenso, pues, como tantas otras herramientas del universo digital, es permeable a la convergencia de múltiples formatos y tecnologías. El esquema se abre al social media, al influencer marketing, podría muy pronto incorporar filtros y soluciones de realidad virtual, hasta ganar terreno en el Metaverso… todo en pos de la disrupción y la creatividad, unidas para brindar experiencias de marca cada vez más efectivas, enriquecedoras, envolventes y revolucionarias.

(*) Marianela Lavate: Docente de la Facultad de Ciencias Económicas (UADE)