Aulas del futuro: innovación más allá de las pizarras y escritorios
9 de Febrero de 2024Escribe Ariel Vázquez, director del Departamento de Negocios y Tecnología - Facultad de Ciencias Económicas de UADE
Hoy en día, las aulas escolares y universitarias son espacios que cuentan con sillas y mesas, todas mirando hacia un mismo lugar, frente a una pizarra y un escritorio con un lugar extra. Te desafío con la siguiente pregunta ¿viste algún aula diferente en tu vida? ¿Por qué no se ha cambiado todavía?
Pasamos por el nivel inicial, primario, medio, universitario y casi no sentimos la diferencia arquitectónica del espacio. La estética se va haciendo cada vez más aburrida, pero la distribución sigue intacta.
Si vemos una imagen de las aulas de las universidades en la Edad Media, seguramente nos llevaremos una sorpresa: realmente no son tan diferentes a lo que conocemos hoy. Sin embargo, pasaron al menos 500 años.
Eso sí, la tecnología se ha adueñado de las aulas: cambiamos la tiza por pizarras electrónicas, los libros por los e-books, los cuadernos por tablets y notebooks, pero seguimos mirando al frente…
Las competencias que se necesitan para este nuevo mundo laboral, tales como la creatividad, flexibilidad, trabajo en equipo y la oratoria, son muy difíciles de lograr con un modelo de enseñanza-aprendizaje centrado en un rol activo del docente y pasivo del alumno.
Sin dudas, lo importante es qué y cómo se enseña y se aprende. Actualmente, hay un gran acuerdo en diseñar modelos de aprendizaje centrados en el alumno, en el que aprenda con la experiencia y sea protagonista de su aprendizaje. Antagónicamente, el diseño áulico tiene un vínculo estrecho con las relaciones que se generan dentro y con aquello que realmente queremos que suceda.
¿Qué pasaría si en un espacio áulico tuviésemos distintos espacios? ¿Pueden convivir sillones, mesas de trabajo, equipamiento tecnológico y un escenario? En el año 2018, un movimiento impulsado por HP e Intel promovió las Aulas RTCI “Reinvent de Classroom International”. Estas aulas consistían en 4 espacios con objetivos pedagógicos distintos: Descubrir, Diseñar, Crear y Presentar. Claro está, el diseño arquitectónico y mobiliario acompañaban en la búsqueda de estos objetivos.
Sillones y pizarras para Pensar, mesas de trabajo y herramientas para Diseñar y Crear colaborativamente, y escenario para Presentar. Los alumnos recorren las cuatro instancias, se mueven y ya no miran todos hacia adelante. Ya no hay un protagonista, pues ahora lo tienen todos; y lo mejor es que se va alternando.
En la actualidad, tanto universidades como colegios secundarios están poniendo en práctica esta metodología, como es el caso de la Universidad Autónoma de Madrid, con los primeros pasos en su Facultad de Educación y Profesorado. Además, la iniciativa se ha expandido en más de 250 colegios distribuidos en todo el mundo; en general, financiadas por empresas privadas que impulsan este innovador sistema.
¿Qué pasaría si las aulas universitarias se transformaran en una fusión entre un living, un coworking, un laboratorio y un teatro? Qué bueno sería que mañana no nos demos cuenta de que estamos dentro de un aula.
(*) Ariel Vázquez: Director del Departamento de Negocios y Tecnología - Facultad de Ciencias Económicas de UADE