Open Banking: la revolución que está cambiando la banca, ¿estamos listos?

Escribe María Laura Palacios, CEO de G&L Group

El mundo bancario está viviendo una revolución silenciosa, y lo que está sucediendo en sus entrañas es mucho más emocionante de lo que parece. Estoy hablando del open banking y las APIs. Aunque suenen a tecnicismos, estos conceptos están revolucionando la manera en que manejamos nuestro dinero, y aunque esto suene a la típica frase de marketing, es la pura verdad.

Imaginá poder ver todas tus cuentas bancarias, inversiones y deudas en una sola aplicación, diseñada a tu medida, para que finalmente puedas tener el control de tus finanzas. Eso es el open banking: un sistema donde los bancos, por obligación y gracias a regulaciones como la PSD2 en Europa, tienen que abrir sus datos a terceros (con tu consentimiento, claro). Y todo esto ocurre a través de APIs, esos puentes invisibles que permiten que diferentes aplicaciones hablen entre sí.

¿Por qué es genial? Porque ahora podés elegir entre un montón de aplicaciones que te ayudan a gestionar tu dinero. Desde saber en qué gastás cada centavo hasta inversiones automatizadas que trabajan mientras dormís. De hecho, se espera que el mercado global de open banking crezca como la espuma, llegando a los 43,15 mil millones de dólares en 2026, según Allied Market Research.

Crecimiento del mercado global de Open Banking

Pero no todo es color de rosa. Aunque el open banking suena a la solución perfecta para todos nuestros problemas financieros, la realidad es que trae consigo un montón de desafíos. Primero, está la seguridad. Un 58% de las personas ya levantaron la mano diciendo que no están del todo cómodas con la idea de que sus datos estén dando vueltas por ahí.

Luego está el tema de la interoperabilidad. Los bancos y las fintechs tienen que asegurarse de que sus sistemas hablen el mismo idioma, y eso no siempre es fácil. Y por último, pero no menos importante, están las regulaciones. Los bancos tienen que andar con pies de plomo para cumplir con todas las leyes locales e internacionales, especialmente cuando los datos cruzan fronteras.

Las APIs son los verdaderos héroes de esta historia. Son esas interfaces que permiten que una aplicación pueda, por ejemplo, mostrarte tu saldo bancario mientras también te sugiere dónde invertir tu dinero. Son las que hacen posible que los desarrolladores creen nuevas aplicaciones casi de la nada, usando la infraestructura de los bancos.

Y aquí está lo interesante: las APIs no solo están transformando cómo interactuamos con los bancos, sino que también están haciendo que esos mismos bancos se replanteen su papel en nuestra vida financiera. Porque ahora, con las APIs, un banco no es solo el lugar donde guardas tu dinero; es parte de un ecosistema mucho más amplio y dinámico.

Para no quedar fuera de esta nueva ola, los bancos tienen que replantearse su horizonte. Primero, tienen que adoptar estándares abiertos para que todo fluya sin problemas. Segundo, la seguridad tiene que ser una prioridad máxima, porque si algo sale mal, la confianza del cliente se pierde en un segundo. Y por último, es fundamental que colaboren con las fintechs.

El open banking y las APIs están aquí para quedarse, y con ellas vienen oportunidades increíbles, y una buena cantidad de desafíos. El sistema financiero camina equilibrando la innovación con la seguridad y la regulación. El futuro de la banca será aún más brillante, competitivo y, sobre todo, mucho más centrado en el cliente.

(*) Maria Laura Palacios: CEO G&L Group