En la era digital, la inteligencia artificial (IA) está revolucionando las empresas, cambiando la forma en que operamos y trabajamos. Sin embargo, muchas organizaciones se centran únicamente en la implementación tecnológica, olvidando un factor determinante en el éxito de estas iniciativas, la verdadera transformación es en las personas y los procesos.

Aquí es donde la gestión del cambio entra en juego, y la neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para adaptarse y aprender, se convierte en una aliada clave para acompañarnos en este camino.

La transformación digital desafía la forma en que pensamos, trabajamos y nos relacionamos. Es un proceso de aprendizaje continuo que requiere desarrollar nuevas habilidades y adoptar nuevos mindsets. Por eso el vínculo con la neuroplasticidad, esa asombrosa capacidad del cerebro para reorganizarse y formar nuevas conexiones neuronales, fundamental en nuestros procesos de aprendizaje y adaptación.

Imaginemos por un momento que nuestra empresa es un cerebro. La implementación de la IA es como introducir un nuevo conjunto de neuronas, capaces de procesar información de formas nunca antes imaginadas. Pero, ¿de qué sirve este nuevo poder de procesamiento si las conexiones neuronales existentes no se adaptan, si no se establecen nuevas vías de comunicación, o si no hay un propósito claro detrás de esta expansión?

La gestión del cambio es el proceso de fomentar y guiar la neuroplasticidad en nuestra organización. Es asegurarnos de que las nuevas "neuronas" de IA se integren de manera efectiva con las existentes, que se formen nuevas conexiones que permitan aprovechar al máximo su potencial, y que todos los "circuitos" cerebrales trabajen juntos hacia un objetivo común.

Pero, ¿cómo podemos medir el éxito de este proceso? ¿Cómo sabemos si la gestión del cambio está realmente funcionando y si la IA está generando los resultados esperados?

La importancia de medir el impacto

Medir el impacto de la gestión del cambio en proyectos de IA no es un lujo, sino una necesidad. Nos permite:

• Evaluar el progreso constantemente: Para saber si estamos avanzando en la dirección correcta tenemos que entender si las iniciativas de IA están cumpliendo con los objetivos establecidos.
• Identificar áreas de mejora: Detectar posibles obstáculos y resistencias al cambio para poder tomar medidas correctivas a tiempo.
• Demostrar el retorno de la inversión: Justificar la inversión en IA y mostrar los beneficios tangibles que aporta a la organización.
• Fomentar la mejora continua: Utilizar los datos recopilados para optimizar los procesos de gestión del cambio y maximizar el impacto de la IA.

Herramientas y métricas clave

Existen diversas herramientas y métricas que podemos utilizar para evaluar la efectividad de la gestión del cambio en proyectos de IA. Algunas de las más relevantes son:

1. Evaluaciones de preparación para el cambio (Readiness Assessments): Estas evaluaciones nos permiten medir el grado de preparación de los colaboradores para adoptar la IA. Podemos utilizar encuestas, entrevistas y grupos focales para recopilar datos sobre sus conocimientos, habilidades y expectativas.
2. Análisis de redes organizacionales (ARO): Esta herramienta nos permite visualizar las relaciones y flujos de comunicación dentro de la organización, para crear estrategias de comunicación asertivas.
3. Métricas de adopción y uso: Nos permiten medir cuántos empleados están utilizando las herramientas de IA, con qué frecuencia y para qué fines.
4. Métricas de desempeño: Nos permiten medir el impacto de la IA en los resultados de negocio, como la productividad, la eficiencia, la calidad y la satisfacción del cliente.
5. Encuestas de satisfacción: Estas encuestas nos permiten recopilar feedback de los empleados sobre su experiencia con la IA, sus percepciones sobre el cambio y sus sugerencias de mejora.

La implementación de la inteligencia artificial en las empresas es una jornada llena de desafíos. Para garantizar el éxito, es fundamental entender que la IA no es solo un tema tecnológico, es de las personas. La gestión del cambio, es la brújula que nos guiará en esta hacia un futuro más inteligente y eficiente.

Al medir y evaluar el impacto de la gestión del cambio estamos tomando decisiones informadas que nos permiten optimizar nuestros procesos, empoderar a nuestros colaboradores y alcanzar nuestros objetivos de negocio.

En última instancia, estamos construyendo una organización más adaptable, resiliente y preparada para enfrentar los desafíos del futuro.

(*) Guido Olomudzski: Chief Customer Office de OLIVIA Brasil