La tecnología está presente en casi todas las industrias y actividades de hoy en día, siendo pionera en la aceleración de sus cambios e impulsando a que el mundo avance a pasos agigantados.

En los últimos casi 30 años desde que los servicios de internet se comenzaron a comercializar en Argentina, ninguna tecnología ha evolucionado de manera tan constante como la Inteligencia Artificial (IA). Esta innovación emergió como una fuerza impulsora en la realización de tareas específicas en el ámbito empresarial con sus subespecialidades como sistemas expertos, redes neuronales artificiales, robótica, agentes inteligentes, Deep Learning e IA generativa.

Pero empecemos por el principio, ¿qué es la Inteligencia Artificial? La IA se define como un conjunto de algoritmos y tecnologías diseñadas para crear máquinas capaces de imitar funciones cognitivas humanas como ver, comprender, analizar, crear y traducir, con la capacidad de procesar grandes cantidades de datos a una velocidad sorprendente. Su poder radica en la eficiencia y automatización de tareas previamente realizadas manualmente, liberando así el valor tanto de individuos como de empresas.

Sin embargo, antes de seleccionar una IA, es crucial comprender qué se desea automatizar, la potencia computacional requerida y la resolución deseada, considerando las diversas subespecialidades disponibles capaces de adaptarse a las necesidades actuales a través del análisis de datos.

De acuerdo a una encuesta de Harvard Business Review, las empresas a nivel mundial emplean la IA principalmente para actividades relacionadas con tecnologías de la información, como la detección de temas de ciberseguridad, resolución de problemas tecnológicos con los usuarios, reducción de las cargas de trabajo y gestión de producción, así como la medición en el cumplimiento en el uso de proveedores.

Aunque apenas estamos vislumbrando el potencial de la Inteligencia Artificial, se han observado avances en aplicaciones prácticas en diversas industrias como la agrícola, finanzas, educación, logística, salud y transporte,entre otras.

Según la consultora Gartner, se prevé que para 2025, el mercado de la IA alcance los 127,000 millones de dólares. Ante esta cifra, no es de extrañar que esta tecnología se personalice cada vez más.

Actualmente una de las Inteligencias que está dando mucho de qué hablar es la Inteligencia Artificial Generativa (IAG), la cual se destaca generando nuevos datos en forma de textos, imágenes, música, videos, discursos y códigos. Gracias a modelos de Deep Learning, la IAG recopila datos creados por personas con características similares, permitiendo la automatización de tareas tediosas, la mejora, la eficiencia y la adaptación de modelos base, personalizándolos a las necesidades específicas de proyectos o clientes.

La IA de código abierto es uno de los desarrollos clave en la industria tecnológica actual, permitiendo a las empresas co-inventar software y adaptarlo a sus necesidades. La creación de un nuevo modelo base suele ser un proyecto de gran envergadura que conlleva mucho tiempo, datos y dinero, y por consiguiente desde Red Hat, recomendamos aprovechar modelos ya entrenados y personalizarlos con perfeccionamiento, el ajuste de indicaciones o la incorporación de datos específicos ahorrando tiempo y recursos.

Sin duda, la IA generativa está abriendo paso en una nueva ola de experiencias que transforman la forma en que interactuamos con la información y las marcas. Esta tecnología permitirá la ejecución de acciones y proyectos que anteriormente se consideraban inimaginables debido a su complejidad, marcando así el inicio de una era donde la Inteligencia Artificial impulsa la innovación y redefine los límites de lo posible en el mundo empresarial.

(*) Victoria Martinez: Gerente de Desarrollo de Negocios en Analítica Avanzada / IA Red Hat