La educación virtual, un nuevo paradigma que toma fuerza

El portal Educ.ar publicó un artículo donde evaluó las dinámicas emergentes de esta innovadora forma de enseñar, y cómo cambia la relación docente-alumno

Con la inclusión de las nuevas tecnologías se ha conformado una nueva relación didáctica entre los maestros, los alumnos –cualquiera sea su edad- y los conocimientos. En nuestro país, cada vez son más las instituciones que tienen en su oferta académica carreras de formación profesional que pueden cursarse en la modalidad virtual en su totalidad o cursos de postgrado (Educ. Ar, Universidad Virtual de Quilmes, Universidad Nacional de Tres de Febrero, Universidad de San Martin, Universidad Tecnológica Nacional , incluso la UBA, en su ciclo UBA XXI).

El paradigma del docente en el aula, el libro de texto, el tiempo de cursada, la modalidad de examen está relativizado con la irrupción de la modalidad de educación virtual. Se puede decir por lo menos, que hay otras opciones.

En la educación virtual o e-learning alumnos de distintas partes del país se encuentran en un aula virtual en la que comparten una materia, y pasan a conocerse haciendo uso pleno de la tecnología que el entorno les permite: presentación, fotos, biografía de su formación. En este marco, son asignados docentes a grupos de alumnos, con quienes se comunican virtualmente para darles información general sobre la materia, enviarles las clases semanales, la bibliografía a descargar, y también los trabajos prácticos que correspondan, sean individuales o grupales.

Gracias a la tecnología, docente y alumno pueden construir una relación asincrónica en la cual no necesitan coincidir en tiempo y espacio para generar aprendizajes.

La relación docente- alumno conserva algunos de los aspectos tradicionales pero tiene cambios fundamentales que hacen a un proceso diferente de enseñanza-aprendizaje.

Lo que antes siempre estaba mediatizado por el maestro, en cuya responsabilidad estaba el saber y la versión que se transmitía, pasamos a un universo en el cual el alumno es quien tiene la posibilidad de acceder a ese contenido, y ese el maestro quien debe guiarlo en su aprender. Por otro lado, el alumno tiene la “responsabilidad” de estar al día con las clases, el material de lectura, la presentación de los trabajos, tal como lo haría en la modalidad presencial.

Los aspectos principales del nuevo rol del profesor virtual

En lo que respecta al contenido, la planificación debe ser explícita y completa, siguiendo los contenidos propuestos en el programa de modo que el alumno tenga claro qué es lo que se espera de cada unidad de trabajo propuesta. El profesor virtual deberá entregar a los alumnos un plan de trabajo claro y específico, en el que se detallen los contenidos a trabajar, la metodología a utilizar, los requisitos de la cursada, las actividades on line obligatorias, los materiales básicos necesarios, la forma de evaluación de la materia.

Al mismo tiempo, el docente, debe generar espacios de participación en forma de debates o foros, de modo que el alumno deba intervenir y se fomente su curiosidad. Dependiendo de la intervención que realiza en los espacios, puede ocupar el rol de moderador, especialista en el tema o ser un disertante más, que discute los conceptos planteados por los alumnos con el fin de promover la construcción de conocimiento.

Su tiempo de tarea, es igual o mayor al del docente presencial: si bien no tiene las horas de cursada obligatoria, tiene la demanda a satisfacer tiempo completo y la carga dependerá de la cantidad de alumnos que tenga a cargo y las actividades virtuales propuestas durante el curso.
Por otro lado, la modalidad de evaluación, , es constante: el docente tiene registro explícito respecto de quiénes participan, cómo lo hacen, qué tipo de demanda e inquietudes presentan, cuáles son sus intereses.

La educación virtual requiere, además, una figura que es el tutor, que realiza el seguimiento de los alumnos, la animación de los espacios compartidos, el reporte del rendimiento de cada estudiante.
Muchas veces el rol de tutor puede se cumplido por el mismo profesor.

El nuevo rol del alumno virtual

El estudiante también encuentra modificadas sus acciones. La libertad de tiempo y espacio que al principio puede abrumarlo y maravillarlo, requiere de una organización personal de gran responsabilidad para el logro de los objetivos. Si el alumno siente al docente implicado y participativo en su tarea, genera mayor responsabilidad a su rol como alumno.

Al igual que el docente, debe organizarse los tiempos en los que realizará las actividades solicitadas, deberá acostumbrarse a la lectura en pantalla, al intercambio virtual, entre pares y con el docente. Lo posiciona en un rol de mayor actividad en lo que respecta a la búsqueda del material, la selección del mismo, la organización de su propio plan de cursada, el análisis de la información y de los tiempos disponibles para la entrega de los materiales que se le solicitan. La gran libertad que le otorga la virtualidad, le demanda, al mismo tiempo, un compromiso mayor pero con la ventaja de acomodarse a sus propias necesidades.

El aula virtual

Al pensar el aula virtual tenemos que tener en cuenta aspectos fundamentales y así como la tiza y el pizarrón no pueden faltar en el aula de clase tradicional, al hablar de un aula virtual hay determinada información que tiene que estar presente cada vez que el alumno ingresa a la misma:

-Nombre de la materia y del docente a cargo de la misma.
-Nombre de los integrantes del curso y correo electrónico respectivo;
-Actividades realizadas
-Foros abiertos a participar
-Agenda con los eventos fundamentales (presentación de trabajos, participación en foros, envío de materiales)
-Espacio para duda, inquietudes de los alumnos
-Espacio para avisos del profesor
-Contacto con el tutor de la carrera, para que los alumnos puedan contactarlo en caso de surgir algún inconveniente con la cursada
-Bibliografía utilizada a lo largo de la cursada
-Cronograma de trabajo.




Autor: Lorena Bellon

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Más información: www.educ.ar.