“La ciencia y la tecnología son un freno al fundamentalismo”

El ministro Lino Barañao, participó en el II Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología, organizado por la Universidad Nacional de Buenos Aires. Allí presentó su ponencia “Política y Cultura. Una perspectiva biológica”

“La religión está hecha para la cohesión de pequeños grupos, la cultura actúa como factor diferencial entre pueblos, la única actividad colectiva mundial es el avance del conocimiento. La ciencia y la tecnología son un freno al fundamentalismo, de cualquier tipo, y una visión racional y compartida. Los avances no deben ser una imposición sino una traducción a los lenguajes de los usuarios", dijo Lino Barañao, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, en el II Congreso de Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología, organizado por la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA).

Lino Barañao durante su exposición.

El evento se realizó en la Facultad de Psicología entre el 22 y 24 de este mes junto con las XVII Jornadas de Investigación y el Sexto Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR.

El funcionario expuso su ponencia Política y Cultura. Una perspectiva biológica, que fue precedida por la presentación de Enrique Segura, profesor consulto de dicha casa de altos estudios. En este trabajo, Barañao abordó el tema de la interacción entre la política y la cultura desde su origen común, como manifestaciones de la biología del comportamiento humano. “Este punto de vista permite comprender algunos fenómenos que resultan poco comprensibles partiendo de análisis que ignoran la existencia de una naturaleza humana”, sintetizó.

¿Cuál es la naturaleza humana?, ¿por qué pensamos como pensamos? fueron algunas de las preguntas con las que el ministro inició su presentación. “Somos proceso de cambio continuo, seguimos evolucionando y nuestra psiquis también está condicionada biológicamente” dijo.

Durante su desarrollo explicó que una característica de este progreso es la capacidad para reconocer en el otro a un amigo o un posible agresor, un rasgo de esta concepción que es fundamental a la hora de clasificar a nuestros semejantes como parte o no de nuestra tribu. “La violencia es el tema en nuestra sociedad pero no hay estudios serios sobre el por qué somos violentos”, destacó Barañao.

“El conocimiento de los factores biológicos que condicionan nuestro comportamiento resulta imprescindible a los efectos de elaborar políticas que permitan una convivencia armónica. La ciencia y los nuevos medios de comunicación aparecen como los productos más recientes de nuestra evolución cultural y son los que permiten albergar optimismo sobre el logro de este objetivo”, concluyó el funcionario.

Además de Barañao, también participaron: Emilce Dio-Bleichmar, de la Universidad Pontificia, Comillas, España; Maurizio Lazzaratto, de la Universidad de París I, Pantheon Sorbonne, Francia; Diana Rabinovich, de la Facultad de Psicología, UBA; Alejandro Kacelnik, Oxford University, Reino Unido; Néstor Schmajuk, Duke University, Estados Unidos; Jorge Chamorro, Escuela de la Orientación Lacaniana, Argentina, y Claudio Martínez Guzmán, Facultad de Psicología de la Universidad Diego Portales, Santiago de Chile.


Más información: www.psi.uba.ar.