Stephen Hawking se va al espacio y vos, acá sentado, mirando una pantalla...

Lo hará en una bonita aeronave del grupo Virgin Galactic, la empresa manejada por el magnate inglés más parecido a un actor de películas de acción de los ochentas del mundo, Richard Branson

Para continuar con la saga de astrofísicos, en esta nueva entrega tenemos a Stephen Hawking que se va al espacio, y no por sus propios medios; lo hará en una bonita aeronave del grupo Virgin Galactic, la empresa manejada por el magnate de negocios inglés más parecido a un actor de películas de acción de los ochentas del mundo, Richard Branson.

Hawking dice que nunca soñó con una oportunidad semejante; el científico y divulgador sufre de ELA, esclerosis lateral amiotrófica, más conocida por sus siglas en inglés –ALS- gracias a aquella memorable campaña en la que famosos se tiraban baldes con agua helada por la cabeza para demostrar que la caridad y la estupidez no tienen por qué ser dos cosas distintas.

Cuando le preguntaron si estaría dispuesto a emprender el viaje, S.H. dijo que sí inmediatamente; aunque todos los que hayamos visto alguna vez una entrevista al autor de “Una breve historia del tiempo” sabemos que exagera con lo de “inmediatamente” (sí, es un chiste sobre cómo habla una persona con una traqueotomía que requiere de un sintetizador de voz operado con la mirada para comunicarse; pero no creo que a Stephen le moleste: se va al espacio, final feliz).


Stephen Hawking, listo para conquistar la última frontera.

El viaje a bordo de la nave, que el propio Hawking bautizó oficialmente como VSS Unity en un emotivo video de cuatro minutos -que no vi porque cuatro minutos hoy en día es una eternidad- es parte de la iniciativa de Richard Branson de expandir los vuelos espaciales comerciales, con la intención de democratizar el espacio; cada pasaje sale U$S 250.000 -viva la democracia- y encima te cobran el desayuno, que consta de un sándwich de miga triple de paleta y queso, una medialuna de ayer, y un café de termo con leche en polvo (ojo que si viajás un jueves hay descuentos, y en vez de medialuna te toca bola de fraile).

Todo parece indicar que hasta que no amplíen el recorrido de la línea 109, a este cronista le faltan unos verdes para ir al espacio; las estrellas, mientras tanto, quedan bajo la absoluta responsabilidad del salvapantallas de Windows 95.

(*) Julián Urman: Escritor, guionista, músico, Spiderman.