Guía Óleo: una comunidad virtual con buen paladar

Por Pablo Comuzzi - pabloc@canal-ar.com.ar
Con 500 mil visitas por mes, es uno de los portales preferidos de los argentinos a la hora de buscar un restaurante. Sus socios hablaron con este medio sobre los orígenes del proyecto, la inesperada reacción que generó y cómo se despertó la pasión por hablar de comida

Desde hace ya algunos años que quienes salen a la aventura de explorar nuevos restaurantes de Capital Federal y Gran Buenos Aires pueden encontrar en Internet una ayuda extra para hallar un lugar acorde a sus gustos y el dinero que están dispuestos a pagar. Ese salvavidas digital se llama Guía Oleo, que dispone de una base de datos de 4.800 locales y una activa comunidad dispuesta a expresar sin miramientos si les agradó o no el plato que les sirvieron.

Izquierda a derecha: Alonso, Brenman y Nevo.

El portal tiene actualmente 4 millones de usuarios, 500 mil visitas únicas por mes, y casi 60 mil seguidores en las redes sociales, si se suman Twitter y Facebook. Sus oficinas están ubicadas en Villa Crespo, al límite con Palermo, en una vieja casona reciclada a la que se mudaron hace ocho meses, que cuenta con una sala de conferencias, espacios rústicos donde sentarse y apartarse de la computadora y el teléfono, así como un metegol.

En todo el lugar se encuentran stickers y muñecos de peluche de monos, en alusión a Dos Monos, la empresa que dio origen a Guía Óleo. Canal AR visitó el lugar y conversó con Esteban Brenman y Guy Nevo, dos de los tres socios de la compañía, quienes relataron cómo se cocinó la idea de crear el portal y dieron algunos detalles de la nueva versión del sitio Web que estarán lanzando dentro de poco.

Aunque la página salió a la luz a fines de 2003, la historia de proyectos y negocios entre Brenman y Guy Nevo se remonta a dos décadas atrás. Nevo vino a Argentina en 1997 desde Israel, donde vivía en un kibutz junto a su familia, para manejar una empresa de seguridad. Una de sus primeras tareas fue armar una red de computadoras capaz de operar en varios idiomas. Buscó un proveedor que le vendiera y configurara las máquinas, y ahí dio con Brenman. “Vino este flaco que tenía 23 años (él tenía 35), y con una sonrisa me solucionó todo en 10 minutos”.

Guía portátil
Hace una semana, la empresa presentó Guía Oleo Mobile, la nueva versión gratuita de su aplicación para iPhone, y está trabajando en una para teléfonos BlackBerry, en base a las sugerencias que los usuarios dejaron en Facebook y Twitter. De cara a 2011, la firma se enfocará en mejorar sus ingresos por publicidad, mediante acuerdos con empresas como American Express, Movistar, Nokia, Ford o Renault.


La relación entre ambos continuó, y poco tiempo después Brenman le acercó la idea de formar una compañía dedicada a brindar información crediticia por la Web, para lo cual necesitaba medio millón de dólares. A quien sería su futuro socio le interesó la propuesta y vendió su departamento en 50 mil dólares. “Puse toda la plata que tenía en dos muchachos de 24 años, con una idea que al final no era tan buena tampoco. Estaba casado, tenía dos hijas y una casa hipotecada”, comenta.

El proyecto, al que bautizaron como Decidir.com, uno de los primeros .com en el país, que los llevó a salir en una nota de la revista Viva sobre emprendedores argentinos de Internet. “Esteban era el más feo, pero estaba en la tapa”, bromea Nevo. Comenzó a operar en Parque Chacabuco, en un galpón de 10 metros de frente por 18 de fondo. “Le decíamos el sucucho”, agrega Brenman. Adentro habían rollos de alambre, un camión oxidado, los servidores estaban sobre ladrillos, por si se inundaba, y taparon los vidrios rotos con papel.

Pero más allá de la imagen excesivamente bohemia que podía dar, comenzaron a aparecer los primeros clientes. Y cuando se sumaron las inversiones locales, remodelaron el lugar, pusieron un entrepiso y llegaron a tener 90 personas ahí. Como el espacio no alcanzaba, se fueron a un piso arriba del bar Florida Garden. Se ampliaron a México, Brasil y Chile, y superaron los 200 empleados.

Además de los informes crediticios, que generaban la mayor parte de los ingresos, incursionaron en otro negocio: un sistema de gateway de pago. “Antes de Decidir, si querías vender algo en Internet no había cómo hacerlo, ya que las tarjetas de crédito de acá no permitían las ventas online”, afirmó Nevo.
“Llegamos a manejar el 70% de las transacciones electrónicas en Argentina, en una época en que esto no representaba mucha plata”.


Todo nació de una charla entre Brenman y un amigo que trabajaba en el diario Clarín, que le comentó que cuando una persona quería pagar una suscripción de un servicio mediante la Web, ellos recibían el número ingresado en la página y lo anotaban manualmente. “Me dije ´esto no puede ser´”. Y contactó a alguien que pudiera crear el sistema: “Armamos un power point muy lindo, se lo presentamos a las empresas de tarjetas de crédito”.

La respuesta no fue la mejor, según recuerda Nevo: “En MasterCard nos dijeron: ´ustedes no se van a meter entre nosotros y los clientes, nunca van a hacer este negocio´. Ese mismo flaco, cuando lo echaron de la empresa, vino a pedir trabajo en Decidir. No lo tomamos (risas)”. Pero después las empresas entendieron que no podían manejarlo solos y necesitaban un proveedor confiable para dar ese servicio. “Llegamos a manejar el 70% de las transacciones electrónicas en Argentina, en una época en que esto no representaba mucha plata”, sostuvo.

Todo lo que sube…

En 2000, con el colapso de Nasdaq, a Decidir.com se le terminó el negocio. Vendían informes crediticios, cuando nadie daba más crédito. “Estábamos arriba del caballo, con 200 y pico de empleados, en cuatro países, con un gasto mensual altísimo”, reconoce Nevo. Así llegó un recorte violento de personal, y cerraron Chile y México. “Y para ayudarnos un poco, vino la crisis Argentina”. Pasaron a tener 80 trabajadores, en su mayoría en el país.

Dentro de ese contexto desfavorable, se destacó la figura de Esteban Nofal, cuyo padre Luis era el socio de Carlos Ávila en TyC Sports, y que fue uno de los primeros angels investors de la firma. “Cuando los yanquis se asustaron, él siguió aportando. Era la persona a la que íbamos a llorar por plata”, señaló el emprendedor israelí. Y agregó: “Pasamos del sueño de una empresa que valga mil millones de dólares, a una que, con suerte, se mantenía equilibrada”.

Agobiados, cansados y algo más, habiendo perdido la credibilidad ante sus trabajadores, los dos dieron un paso al costado y nombraron a Diego Alonso, quien empezó como un empleado semi senior y se convirtió en gerente de Sistemas, como gerente general de la compañía, a la que dio vuelta y logró sacar a flote.

Sin embargo, Brenman y Nevo no desaparecieron del mapa. En 2003 fundaron Dos Monos, orientada a exportar servicios y programación. Ofrecieron en Estados Unidos una solución para operaciones de marketing online, alquilando un espacio y tercerizando algunos servicios en Decidir. Según Brenman, la ecuación le cerraba a todos: “Ellos necesitaban facturar y nosotros sus recursos”.

Así, Decidir se estabilizó y recibió una propuesta de compra por parte de Veraz, con la cual se saldó toda la deuda que había con Nofal. Sin embargo, se quedó solo con el área de informes crediticios y pagos online, por lo que 24 personas pasaron a Dos monos. En ese grupo estaba Alonso, quien se convirtió en el tercer socio de la compañía. “Volvimos a lo que no queríamos tener: una firma con muchos empleados”, sostuvo Nevo.

A la carta

Si bien a Dos monos le iba bien, el año pasado facturó dos millones de dólares, sus inquietos dueños no encontraban satisfacción en el proyecto. Y a fines de 2003 Brenman apareció con una de sus “ideas raras para amar”, como lo define Nevo, que fue precisamente Guía ÓIeo. Tras volver de un viaje a Salvador de Bahía, Brasil, donde compró una guía en papel y visitó un buen número de restaurantes, pensó que Bueno Aires necesitaba algo similar, pero en Internet.
Bajo supervisión
Guía Óleo realiza un estricto control de los contenidos generados por los usuarios. Dos personas se ocupan de revisar que los comentarios se refieran exclusivamente a la comida y la atención del lugar, desechando críticas de ex empleados o competidores, o temas que pudieran servirle a alguien para hacer una demanda judicial. Por ejemplo, no se puede poner que un local no tiene factura, o que se intoxicaron por lo que ingirieron.

“No quería algo basado en las experiencias de un crítico gastronómico, sino que fuera participativo. Un par de fines de semana hice una programación básica y armé un sitio sencillo, sumé algunos locales y se lo presenté a Guy, quien me dijo que estaba buenísimo”, relata el gran ideólogo del portal.

Empezaron a cargar sus restaurantes favoritos y lo difundieron entre sus amigos. Pero personas fuera de su círculo empezaron a visitarlo y a quejarse de que estaba mal el nombre de un lugar o que faltaban fotos. Como respuesta, recibían mensajes como “es nuestro sitio”, “nadie te invitó” o “no somos un servicio público”. Nevo agrega: “Al principio, era divertido, pero comenzaron a llegar más mails”.

Dos monos incorporó a Guía Óleo, que ahora es una empresa independiente, e invirtieron recursos para mejorar su funcionamiento. Empezaron a cargar manualmente los datos de los locales, después enviaron fotógrafas con una planilla para que los dueños enviaran la información, un método que no siempre dio muy buenos resultados. “Hay restaurantes que no quieren estar, pero no los vamos a sacar. Si una persona tiene un restaurante que da a la calle, con cartel, nombre y que se puede entrar a comer, no me pueden decir que no lo puedo catalogar”, afirmó Nevo.

Hoy en día la actualización depende de los mismos usuarios, que ya sea por mail o las redes sociales dan cuenta del cambio de número y dirección, cierre o apertura de una tienda. En poco tiempo lanzarán una nueva versión del sitio Web, más al estilo Twitter, donde los usuarios podrán seguir las opiniones de referentes con los que se identifiquen, para que el portal envíe recomendaciones en función de ello.

Los viernes es el día de mayor tráfico, con unos 30 mil entradas, la mayoría entre las 20 y 22 horas. Ninguno de los dos socios puede explicar a ciencia cierta por qué tuvo éxito la página, aunque Brenman se arriesgó a decir que es algo similar a lo que pasa con el fútbol. “A la gente le apasiona la comida, y Guía Óleo es un lugar donde se generan discusiones y se forma opinión”.

En su actual oficina en Villa Crespo, equipadas con computadoras Mac y, pantallas LCD, y ante la mirada de un cuadro de Bruce Lee, muñecos Playmobil y monos de peluche o al estilo origami, Brenman sostiene que quedaron atrás los tiempos de Decidir.com, cuando tenía un colchón debajo del escritorio donde pasaba la noche: “Hoy tengo una familia, dos nenas. Me dan ganas de volver a casa y verlas. No me acuerdo cuándo fue la última vez que me quedé hasta las 10 de la noche trabajando”.

Sin embargo, están intactas las ganas de divertirse en el trabajo y compartir ese tiempo con gente con la cual pueda pasarla bien. Y cuando le hablan del valor de una buena idea, resalta que en realidad lo importante es un buen equipo y ejecución. “No vas a innovar, hacer Twitter ni diseñar computadoras Apple, pero vas a hacer un negocio”.

A su entender, un emprendedor debe enamorarse de su proyecto porque seguramente lo tendrá que cambiar varias veces. “Como uno está loco, no sabe a lo que se enfrenta. Tiene una fantasía en la cabeza, y le das para adelante. Después, no sabes cómo hiciste para armar el gateway que tuvo el 70% de las transacciones online en Argentina. Fue porque éramos inconscientes”.

Para ver las fotos de las oficinas de Guía Óleo, entrá al grupo de Canal AR en Facebook.


Más información: www.guiaoleo.com.ar.