La subutilización de la tecnología

Por Matías Aizpurúa
Uno de los grandes debates en torno de la tecnología está dado por el uso que de ella se hace. Los nuevos dispositivos tienen una vida útil extremadamente corta y la era del “producto express” llegó para quedarse. Para conocer mejor esta tendencia, Canal AR consultó a Susana Finquelievich, investigadora del Conicet, quien dijo que muchos productos actuales son subutilizados.

El descarte está de moda en la sociedad contemporánea: todo se tira y todo se cambia con facilidad (ver aquí). Reproductores de DVD, televisores, lectoras de CD ROM, y teléfonos celulares son los protagonistas de un mundo donde el recambio de productos es la vedette del momento. Para conocer mejor la fuerza que domina este comportamiento, Canal AR dialogó con Susana Finquelievich, investigadora del Conicet, quien destacó la subutilización de los productos multifuncionales.

Los productos expuestos a un mayor recambio están relacionados con el mundo de la informática. No obstante, teléfonos celulares y cámaras digitales protagonizan este devenir. La convergencia digital, por su parte, provocó un feroz avance tecnológico y este promovió –a veces- el recambio inútil de ciertos productos. Sin embargo: ¿Por qué se da éste comportamiento?

Una respuesta estaría dada por la necesidad de autosatisfacción que estimula el uso de productos que hoy son bienes simbólicos: un celular no sólo sirve para hablar, sino que éste habla de quien lo posee. Denuncia, de manera parcial, los gustos de su dueño. Una parte de la personalidad y la forma de ser de una persona podrían quedar a la vista gracias al testimonio involuntario que representa un teléfono móvil en la cintura.

“La tecnología no sólo se usa como valor de cambio, sino como valor simbólico (…) el coche se cambia no sólo porque hay un modelo mejor, sino que parece funcionalmente mejor. Pero muchas veces lo único que tiene es una pequeña diferencia con respecto de un modelo anterior. Aquí se pone en juego la autosatisfacción, y el producto representa los gustos del usuario”, comentó Susana Finquelievich a Canal AR.

Respecto de las costumbres en torno de los teléfonos celulares, Finquelievich destacó que, por lo general, el uso de tales no trasciende las funciones básicas. Es muy común que se vendan modelos muy avanzados, y que terminen utilizándose sólo para hablar. En este caso, la entrevistada dijo que se produce una subutilización del producto.

“La subutilización de un aparato es otra de las cualidades de la tecnología actual. En el caso de los celulares, por ejemplo, hay modelos que poseen docenas de funciones, y sólo se utilizan 2 o 3 de todas las que tiene. En este caso también está presente el concepto de autosatisfacción. No se utilizan todas las funciones, se subutiliza, pero está el placer de tenerlo y de pertenecer al grupo de personas que tienen un teléfono móvil avanzado”, explicó la académica.

Hasta aquí pareciera que la presencia de funciones –casi- inútiles en los productos de consumo responde a una moda actual. Sin embargo, dicha tendencia pudo hallarse en Estados Unidos, en la década de 1960. Productos de consumo dedicados al Hi Fi se vendían con la posibilidad de incorporar una cámara de eco, conocida como Spacexpander, lo que evidencia la necesidad de crear nuevos mercados para vender productos novedosos a quienes ya disponían de otros similares. Evidentemente, algo que parece tan actual, en realidad es una "maña" que ya tiene sus años.


Más información: info@canal-ar.com.ar.