¿Ahora sí?

Escribe Enrique Carrier sobre la posible venta de las operaciones de Telefónica en Argentina

En las últimas semanas, diversas noticias locales e internacionales reflotaron la idea de la venta de la operación de Telefónica en Argentina. Si bien no es la primera vez que esto sucede en los últimos años, en esta oportunidad no sólo las versiones circulan con mayor intensidad y no se originan sólo localmente, sino que el contexto es otro, lo que lo haría más viable.

La idea de una posible venta de su operación en Argentina, así como en los demás países de habla hispana de la región, emergió a fines del 2019, con el anuncio por parte de Telefónica de la creación de su división Hispanoamérica, apenas un par de meses antes del estallido de la pandemia. El operador unificó todo su negocio hispanoamericano en una sola filial independiente, con el fin de venderla (en bloque o por país), sacarla a Bolsa o dar entrada a nuevos socios. Esta reorganización se realizó con el objetivo de concentrar su foco en sus cuatro mercados principales (España, Brasil, Alemania y Reino Unido). La inestabilidad política, regulatoria y cambiaria que caracteriza a buena parte de los países de la región propició este giro, buscando nuevas fórmulas para rentabilizar esas filiales tras más de 30 años de presencia en la región. Fue así como durante el gobierno de Alberto Fernández, cuya gestión no se caracterizó por ofrecer un marco macroeconómico y regulatorio propicio para inversiones, sonaron algunos potenciales compradores. En todos los casos, con nula o poca experiencia en telecomunicaciones pero vinculados al poder político. O como le dicen, “expertos en negocios regulados”. Las charlas nunca avanzaron lo suficiente.

En otros países de la región, Telefónica avanzó con su estrategia de alivianar el peso de Hispanoamérica. En México hubo una fuerte desinversión, dejando de utilizar su propia red en el país para comenzar a operar con la infraestructura de AT&T México. En Centroamérica (Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Panamá y Costa Rica) directamente vendió los activos a América Móvil, Millicom y Liberty Latin America. En Chile vendió su infraestructura de fibra a KKR creando una nueva empresa, al tiempo que vendió sus torres a American Tower, al igual que hizo en Perú. En Colombia creó una empresa conjunta 50-50 con Liberty Latin America, quien tiene una opción de compra por su participación.

Si bien los antecedentes en la región no permiten descartar ninguna alternativa, en el caso argentino lo que suena es una venta y no algún tipo de asociación con terceros. Y teniendo en cuenta que ya hace 5 años que se estableció la estrategia de desinversión en Hispanoamérica, no deja de ser significativo que hoy las versiones sobre la venta de la operación local suenen más fuerte que nunca. En esto seguramente juega que el contexto en Argentina sea distinto, con una economía que busca normalizarse y una regulación que se presenta como menos intervencionista. Dos factores clave para cualquier inversión de envergadura y a largo plazo.

Aunque ya se había hecho público que Telefónica había otorgado un mandato de venta al banco JP Morgan, esta semana el tema volvió a los medios al divulgarse que cinco empresas interesadas en la operación de Argentina habrían firmado acuerdos de confidencialidad (NDA), paso previo al inicio de conversaciones serias, cuando hace falta acceder a información sensible para poder evaluar el atractivo y el costo de una operación. Esto no significa que haya cinco compradores. A veces las empresas entran en estos procesos para acceder a información no pública pero sin intenciones serias de desembolsar lo que haga falta.

Con esto en mente, los nombres que estuvieron circulando como posibles candidatos deben ser tomados con pinzas. No se trata sólo de nombres que trascienden de manera no oficial sino que, aun cuando se tratase efectivamente de firmantes del NDA, tampoco hay certeza de que las intenciones de avanzar sean serias. Con estas salvedades se puede imaginar los distintos escenarios.

La nota del diario económico español Expansión (que repercutió mucho en medios locales) destaca el nombre de Claro como candidato. No sería una operación fácil, particularmente por la concentración de clientes que se produciría en servicios móviles. Queda la alternativa de escindir el negocio móvil para una venta por separado. No obstante, sería una operación más compleja ya que dejaría de ser bilateral. Claro no es el único operador regional mencionado. También hay otros. Uno es Liberty Latin America, con operaciones mayormente en el Caribe y en Chile (donde opera VTR asociado con América Móvil). Otro es el grupo francés Illiad, 5º operador de Europa con una participación del 29% en Millicom por la que, además, el año pasado hizo una oferta (rechazada) para comprar todo el paquete. A través de Millicom, Illiad tiene presencia en Colombia, Paraguay, Bolivia y varios países de Centroamérica. La presencia en diversos países de la región y la oferta por quedarse con todo el paquete de Millicom muestran a las claras que el grupo francés ve un atractivo en los mercados latinoamericanos. Finalmente, también se menciona al Grupo W, dueño de DirecTV y para quien la adquisición de activos de Telefónica sería totalmente complementaria. El artículo en cuestión también se hace eco de versiones periodísticas locales que mencionaban a grupos argentinos, pero sin aportar información adicional.

Todo indica que, a pesar del reciente e inesperado cambio de CEO de Telefónica, la estrategia de salida de Hispanoamérica se mantiene en pie. Algo que fue puesto en cuestión luego del anuncio de la inversión de US$ 480 M en Venezuela para desarrollar 4G y 5G en aquel país. Un monto considerable para quien está de salida. Pero acá parecen haber jugado también los intereses políticos del gobierno español (con fuertes lazos con el actual CEO), tanto en el apoyo que significa esta inversión así como en el “inflado” de un número que no sería tan alto.

En definitiva, si bien la salida de Argentina de Telefónica es una intención de larga data, el escenario parece haberse ajustado como para que ahora (esto es, los próximos meses) se produzcan avances concretos. Para la operación local es Business as usual hasta tanto no se produzcan avances concretos. En el ínterin, hay que mantener el valor de la compañía operando como si no hubiera cambios en el horizonte.

Artículo publicado por Enrique Carrier en Comentarios.info.

(*) Enrique Carrier: Analista de mercado especializado en Internet, informática y telecomunicaciones, con más de 20 años de experiencia en el sector tecnológico. Además, es el editor de “Comentarios”, el newsletter semanal y blog de Carrier y Asociados