Carlos Niemann es director de la empresa MS Technologies, y en esta nota se propone dar cuenta de algunas de las claves para que las organizaciones den un salto de calidad y avancen hacia el liderazgo de su sector.

En primer lugar, el ejecutivo aclara que la Administración de Procesos de Negocio, conocida como BPM por las siglas del inglés Business Process Management, se refiere a cómo se desarrollan las operaciones en una organización, es decir, a los procesos, que deben contener la estrategia completa y realizar en su práctica las actividades que reflejan la cultura y el perfil de la organización, optimizando eficacia y eficiencia para el logro de los resultados.

- ¿Qué caracteriza a estos procesos?

- Obedecen siempre a tres definiciones. En primer lugar, en organizaciones de clase mundial son transversales a los departamentos, conteniendo distintas áreas funcionales. Mutan en el tiempo acompañando la estrategia de la organización y, finalmente, mejoran su eficiencia para crear más valor con el mismo esfuerzo. Así nace el concepto, tan extendido hoy, de organizaciones centradas en procesos. La transversalidad en su diseño supera el comportamiento de silo de los departamentos funcionales.

Carlos Niemann es Ingeniero de la Universidad Tecnológica Nacional. Tiene un MBA en el IAE Business School y tres especializaciones de postgrado en materias empresariales. A su vez, es el iniciador el Instituto Lean Management. En su carrera profesional fue Director de Lear Corporation, Gerente General de Full Solutions y, actualmente, Director de MS Technologies Gold Partner Microsoft.

- ¿Qué significa comportamiento “silo”?

- El efecto silo describe la falta de comunicación y objetivos comunes entre los departamentos de una organización. Toma su nombre del silo de almacenamiento, donde cada unidad es asignada para un grano específico y carecen de comunicación entre sí. En BPM, esos departamentos son responsables de la administración del conocimiento y la mejora de los procesos, por lo tanto deben tener una interrelación constante.

No obstante, Niemann aclaró que lo anteriormente descripto no es posible sin un compromiso directivo: “Uno de los objetivos de toda empresa es su permanencia y crecimiento en el tiempo y para ello es fundamental la puesta en juego de talento, valores, capacidad y esfuerzo de las personas que ejercen la tarea directiva”, sostiene.

“Esto, sin embargo no es una tarea espontánea o impulsiva, sino que es resultado del arte, la experiencia y las técnicas aplicadas en el trabajo directivo. Aquí son claves los conceptos de BPM”, dijo.

- ¿Cuál sería el objetivo principal de la aplicación de BPM?

- Crear una ventaja competitiva, con todo el peso que tiene este concepto, es decir, que está en juego la dominancia de un sector económico por un período de tiempo. Cuando una organización implementa mejores prácticas, ocurre que puede liderar su sector, pero tarde o temprano, el resto de las compañías del mismo sector, tenderán a copiar o superar el modelo

- ¿Qué lugar le queda a la creatividad cuando se aplican procesos?

- El concepto de BPM no debe confundirse con las técnicas que soportan a la actividad del negocio y no son centrales en sí mismas. Las operaciones son determinadas, gestionadas e implementadas desde el BPM. El pensamiento sistémico provee la base para el gerenciamiento estructurado y consistente. Hecho el encuadre, la creatividad debe formar parte de la construcción misma de la estrategia y los procesos.

- Una vez hecha la implementación, ¿cómo se mantiene esta disciplina de procesos?

- Ingresando los procesos al círculo virtuoso de la mejora. No sólo es necesaria su implementación, sino que deben generarse los indicadores de gestión de modo que cada proceso pueda ser medido para evaluar su desenvolvimiento. A partir de la medición, el concepto de mejora continua debe prevalecer en la organización para el desarrollo de la competitividad. La mejora no termina nunca.

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