Separar la vida profesional o laboral y la vida personal o privada puede ser un verdadero problema, sin aparentes soluciones, para muchas personas. ¿Verdad que la familia agradecería que supiéramos dejar los problemas del trabajo en la oficina?
Esta situación es mas frecuente para aquellas personas con horarios laborales flexibles o un trabajo propio o muy orientado a las tareas.
Pero, te has preguntado alguna vez ¿por qué es tan importante separar vida laboral y personal? En realidad, en situaciones normales, separar estas dos áreas de la vida no seria necesario, ya que, al fin y al cabo, ambas constituyen aspectos imprescindibles de ella. Y entonces, ¿por qué a menudo sentimos la necesidad de separarlas? A un primer nivel de análisis, se podría pensar que si el trabajo invade nuestra vida privada, acabamos no teniendo tiempo para hacer las demás cosas que hay que hacer en esta última o no dedicándolo a las personas que son parte de ella. Seguramente esto es un aspecto importante del problema, pero no el más critico.
Por qué y cuando separar es útil
Separar el trabajo de la vida privada es fundamental cuando percibimos una diferencia importante entre el balance real de nuestra vida profesional con la privada por un lado y el balance ideal que quisiéramos tener para ellas por otro. Es decir cuando percibimos que "damos" demasiado al trabajo y demasiado poco a la vida privada. Y esto ocurre porque en nuestra cultura hoy en día el trabajo y los ritmos profesionales nos requieren un importante desgasto energético en las actividades laborales; no obstante una vida saludable se basa en un positivo balance entre la energía que gastamos en trabajar (es decir el estrés que ponemos en ello) y la satisfacción que obtenemos a cambio y en muchas ocasiones la satisfacción profesional no consigue compensar este gasto energético: por eso nuestra vitalidad se desgasta poco a poco.
En esta situación, es muy importante recuperar "satisfacción" y, consecuentemente, vitalidad a través de otras áreas de nuestra vida donde obtengamos más a cambio del gasto energético. En este sentido la vida privada es una de las áreas que más puede contribuir a recargar las pilas; por lo tanto "defender" sus fronteras frente a la invasión de la vida profesional es una garantía de que tengamos suficiente espacio y tiempo para recargarnos.
Publicado por Luis Etchenique el Miércoles 20 de Octubre de 2010
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