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Uno sólo puede ser un buen líder para los demás si es un líder para sí mismo.

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Liderar es inspirar a través de la coherencia, el respeto, la visión, la pasión, el coraje y el compromiso; es también el arte de cultivar nuevos líderes. El líder no predica, actúa desde su dimensión humana, desde el diálogo y la escucha, desde la humildad, desde la acción coherente.


Liderar no es empujar, tampoco es exhibirse. Normalmente los mejores líderes saben construir personas autónomas y seguras de sí mismas, capaces de asumir retos y sus consecuencias.

Una dosis de buena suerte
La buena suerte es la combinación de dos variables: oportunidad y preparación. Hay una variable de azar incontrolable de buena suerte y de mala suerte, pero hay otra variable que es de preparación, de actitudes, de comportamientos, de lo que uno hace.

La suerte es minimizable. Hay que diferenciar la suerte, a secas, que es la que no depende directamente de uno, que es pareja al azar, y la buena suerte, que es la que crea uno mismo, y por eso, es duradera. El riesgo, el azar, es vida. Si todo estuviera predeterminado la vida no tendría sentido. La verdadera magia de la vida, pasa por la fe y la perseverancia, por hacer que las cosas que no iban a suceder, sucedan.

En una empresa la suerte tiene que ver con la creación de esta actitud en el estilo de la dirigencia. La buena suerte surge de la suma de una gerencia que cree en la creación de buena suerte, que prima el error y el riesgo, que pide a sus gestores que se equivoquen varias veces al año.

Toda organización respira la actitud que emana desde arriba. Por ejemplo, si en una empresa el director general es exageradamente metódico, rozando lo obsesivo, verá como todos sus equipos, independientemente de sus estructuras de personalidad, adoptan tal carácter. Si una empresa no incorpora en su estilo la creación de buena suerte, esta nunca llegará.

Decálogo de la Buena Suerte
1- La buena suerte la crea uno mismo, así dura para siempre.
2- Mucha gente quiere tenerla, pero lo importante es ir por ella.
3- Si ahora no se tiene buena suerte, tal vez sea porque las circunstancias son las de siempre. Para que llegue es conveniente crear nuevas circunstancias.
4- Eso no significa buscar sólo el propio beneficio. Crear circunstancias para que otros ganen atrae a la buena suerte.
5- Para ello, hay que dar un primer paso… ¡dalo hoy!
6- Aún así, a veces la buena suerte no llega. Busca en los pequeños detalles, circunstancias aparentemente innecesarios… pero ¡imprescindibles!
7- A quiénes sólo creen en el azar, crear circunstancias les resulta absurdo. A quiénes se dedican a crear circunstancias, el azar no les preocupa.
8- La buena suerte no se vende. Desconfíe de vendedores.
9- Cuando ya hayas creado todas las circunstancias, ten paciencia, no abandones. Confía.
10- Crear buena suerte es preparar las circunstancias para la oportunidad. Pero ésta no llega: ¡siempre está ahí!

Autor: Alex Rovira

Publicado por Luis Etchenique el Lunes 10 de Enero de 2011
Enlace permanente | Comentarios (4)

Comentarios de lectores (4)
9.6.2011  |  Diego Peral
Muy buen material.Gracias
29.3.2011  |  Daniel F
Me parece que al concepto de Buena Suerte la falta la Constancia.
18.1.2011  |  Vanesa
Muy buen artículo. Me llevo "La buena suerte es la combinación de dos variables: oportunidad y preparación. "
18.1.2011  |  Paul
Excelente articulo. Comparto conceptos.
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