Considerar al Software sólo como parte de otras cadenas de valor es un error

Durante años, lo que hoy conocemos como la Industria del Software, fue considerado por muchos de los que estudian la economía y las estrategias económicas, como un factor importante para el desarrollo Argentino, pero como parte integrante de otras cadenas de valor y no como una actividad económica en sí misma. Claro está que la informática en general, y el software en particular, participan en la gran mayoría de las actividades económicas de un país. La industria manufacturera, la de procesos, el comercio,  y los servicios necesitan digitalizar sus procesos de planificación, control, fabricación  o administración, entre muchas otras facetas. Por lo que está fuera de debate que el software es una parte importante de las cadenas de valor, y que los países que desarrollan capacidades en este sentido, tendrán mejores chances de ser competitivos.

Pero el grave error, es considerarlo como exclusivamente ligado a ser proveedores de estas cadenas y no en su real potencialidad. Por eso veo con preocupación algunos comentarios en esa dirección. Incluyendo casos de personalidades como el Ing. Enrique Martinez (ex Presidente del Inti, y ex secretario de pymes), al cual le tengo respeto intelectual, o de algún Ministro de Producción de una importante provincia Argentina. No son los únicos, y es por eso que debemos estar atentos y dar el debate necesario.

En los últimos años, la Industria del Software ha demostrado su capacidad de generar riqueza y empleo, mas allá de ser o no parte de otras actividades económicas. Pueden leer otras columnas de quien suscribe para ver que los volúmenes exportados y los servicios realizados tanto hacia el mercado externo como el interno, demuestran claramente que tener una industria saludable, permite obtener muchas mas ventajas que considerarla insertas en otras actividades productivas solamente. Hoy por hoy, mas de 50.000 nuevos puestos de trabajo fueron creados gracias a que se entendió este concepto.

Si así no fuera, India no podría haber hecho la terrible transformación de su economía, convirtiéndose en el gran centro de desarrollo de sistemas del mundo y el mayor proveedor de servicios de outsourcing, dando empleo a millones de personas. El mercado interno de India, solo explica 1/3 del total de la renta global de ese sector, por lo que de haberse quedado en esa situación habría derivado en una pobre performance. Lo mismo podríamos decir Israel, donde la actividad genera un monto muy relevante de ingresos para el país. Y ni hablar de los países centrales, que tienen sus economías basadas en productos asociados al conocimiento (y valor agregado).

Recientemente, se dieron a conocer datos oficiales que indicaban que el año pasado los servicios empresariales, profesionales y técnicos, generaron unos 2.300 millones de dólares de flujo positivo de fondos hacia nuestro país, donde según los mismos reportes, buena parte provinieron del desarrollo de sistemas y otros servicios informáticos.

Si esto, es así, no veo cómo debemos volver a discutir si debemos considerarlos ligados principalmente a otras cadenas productivas. Esto es un error que ya creíamos que se había entendido y que había quedado mas que demostrado.

Por supuesto que si Argentina tendría una producción con alto contenido tecnológico, o sus productos mas competitivos fuesen de alto valor agregado, el consumo de servicios y productos informáticos sería mucho mayor. Pero aún tenemos buena parte de nuestros ingresos externos proviniendo de productos primarios, y/o con escaso valor agregado.

Por lo que impulsemos que haya una creciente y sustentable industria que genere riqueza al país, empleo a nuestros profesionales y técnicos y divisas genuinas. Pero en paralelo trabajemos para que las cadenas de valor se integren y ganen competitividad. Pero no una cosa sobre la otra.

 

 

 

Publicado por Carlos Pallotti el Jueves 8 de Marzo de 2012
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