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La Importancia de Polos y Clústeres en Argentina

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En los últimos  años, se ha desarrollado un importante fenómeno asociativo a largo del país, con la forma de numerosos clústeres y polos tecnológicos. Algo que merece ser conocido y analizar su potencialidad.

Tal vez una de las características que menos nos distingue como nación, es la falta de articulación que existe entre distintos actores de la sociedad para llevar adelante proyectos  colaborativos superadores, que prioricen el mediano y largo plazo. Y esta es una característica (persistencia, trabajo colectivo) que a muchos países, incluso con capacidades de recursos inferiores a los nuestros, les ha permitido crecer como sociedad.

Sin embargo, hay algunos casos que muestran un panorama alentador en esta materia y permiten ver resultados concretos por trabajar en esa dirección. Y sin dudas, el crecimiento de entidades gremiales empresarias, polos y clústeres tecnológicos, en la industria TIC, mas especialmente en el software, es una de ellas.

Por razones de mi actividad, fui testigo presencial, del nacimiento de muchas de estos emprendimientos en las diferentes ciudades del país y puedo a mi manera dar un testimonio de esto. Si  miramos no mas de diez años para atrás, podríamos encontrar que menos del 25% de las empresas del sector tenían algún tipo de participación en entidades empresariales, y ni hablar de la conformación de otro tipo de estructuras mas avanzadas de colaboración. Seguramente hubiéramos podido reconocer solo 5 o 6 de estas, y casi siempre de carácter nacional.

Sin embargo, en la actualidad hay al menos 28 entidades de diferente tipo, que agrupan a empresas, universidades y/o administraciones gubernamentales para apoyar, coordinar y apalancar el crecimiento de la industria del software. Cerca de 700 empresas tienen de una manera u otra algún tipo de agrupamiento que las contiene y representa. Y con una particularidad interesante: casi ninguna de estas entidades se superponen en cuanto a su incumbencia.

Podemos encontrar básicamente tres tipos de agrupaciones. Las cámaras empresariales, con un claro objeto de representar los intereses sectoriales y velar por el crecimiento de las empresas que las componen. Los Polos tecnológicos, estructurados de diferentes maneras detrás de dos o tres de los tres pilares básicos (empresas, centros educativos, y/o autoridades regionales). Y finalmente los clústeres tecnológicos, como forma avanzada de impulsar acciones conjuntas entre varias empresas, articuladas con entidades educativas y/o gubernamentales. Algunas entidades tienen nombres que las identifican claramente con algunos de estos modelos, y otras que en realidad nacieron con un nombre, pero responden operativamente a otro tipo de organización.

Podrán ver en los gráficos adjuntos (*), la evolución de estas entidades a través de los años, y su distribución geográfica. Podemos ver en ellos un marcado crecimiento especialmente en el segmento de clústeres a partir del 2004, y esto fue obra de un decidido apoyo dado por la Sepyme en su momento. Tampoco fue menor el apoyo de entes como el Fonsoft, que llegó con su mensaje y apoyo a estas entidades especialmente.

Pero veamos algunos aspectos de este fenómeno un poco mas en detalle.

El primer tema que suena relevante es el tamaño que muchas de ellas han tomado. Pocos años atrás, solo alguna cámara empresarial nacional (Cessi era una de ellas), podía presentar 100 o mas empresas afiliadas. Hoy, al menos cuatro de estas instituciones sobrepasaron ese número, con fuerte representación regional (ni hablar de Cessi que triplicó sus asociados). Son varias las que han lanzado con éxito proyectos asociativos interesantes, como ser el proceso de certificación de calidad en conjunto, o planes de capacitación de recursos humanos. Otras han logrado sinergias que les permitieron encontrar puntos de colaboración para alcanzar una escala que les permita buscar clientes en otras geografías.  Incluso muchas de ellas, han alcanzando un nivel de madurez en su funcionamiento digno de reconocimiento.

El otro aspecto destacado es el hecho que haya muy poco solapamiento entre las instituciones, de manera que rara vez se producen “competencias” por representar los mismos intereses desde dos instituciones parecidas en un mismo ámbito. Y donde la historia y el devenir de las cosas, quiso que haya mas de una institución, hasta han encontrado puntos de contacto que les han permitido articular acciones comunes.

Claro, no tenemos aún las instituciones que posiblemente quisiéramos que sean, polos realmente integrados o clústeres a escala competitiva internacionalmente, pero el proceso de maduración lleva su tiempo. Algunos ya poseen algunos años y por ende han logrado un nivel de maduración mayor, mientras que otros mas jóvenes aún están trabajando para consolidarse como estructuras sustentables.

Un detalle no menor, es que en la gran mayoría, son el fruto del involucramiento casi personal de cada uno de los actores, donde el esfuerzo se duplica por la falta de los recursos, y la necesidad de cubrir los temas propuestos, ocupando los tiempos de sus empresas o entidades. Esto dignifica su accionar, a la vez que trae buenos resultados, porque no es la obra de equipos profesionales destinados a este fin, si no del esfuerzo colectivo de mucha gente que quiere que las cosas salgan bien.

Pero este fenómeno asociativo no termina allí, si no que se consolidó a nivel nacional, a través de un Consejo Federal (CFESSI) que las reúne y les permite coordinar sus acciones. Este consejo, no tiene financiamiento alguno, ni una figura jurídica determinada, sino que es una mesa de trabajo trimestral, presidida por la entidad que organiza el encuentro y de manera rotativa. En suma, una forma muy genuina de encontrarse para impulsar proyectos comunes.

Les puedo asegurar que resulta altamente gratificante ver entidades que hace unos años eran solo un puñado de ideas, y hoy son un importante centro de generación de propuestas y acciones en su ámbito de influencia. Así también como ver a otros que en localidades de menor porte, logran juntar en una misma mesa a los responsables de las empresas o entidades educativas, para debatir aspectos comunes.

Muchas son las acciones que podrían impulsarse para desarrollarnos mejor como país, si pudiéramos apoyar este tipo de entidades. Y mas aún si pudiésemos crear otras similares. Pero parece que las semillas se convirtieron en plantas y algunas de ellas, están dando buenos frutos.

Ojala pueda mantenerse este espíritu asociativo por un buen tiempo. Argentina la necesita, ¿no? 

 

Otras notas relacionadas:

Acuerdo Inta-Cfessi

Creación del CFESSI

 

(*) Los gráficos pueden consultarse aquí

Publicado por Carlos Pallotti el Martes 17 de Marzo de 2009
Enlace permanente | Comentarios (1)

Comentarios de lectores (1)
18.3.2009  |  Carlos
Muy bueno. Ya lo he enviado a los colegas del Polo. Un abrazo.
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  • Sobre el Autor
  • Carlos Pallotti es empresario de vasta trayectoria en la industria del software. Presidió Cessi por cuatro años consecutivos y varias empresas regionales. Escribió múltiples artículos y algunos libros sobre la industria del software en Argentina. Actualmente es presidente de Lupa Corporation, y consultor especializado en management empresarial.
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